El Gobierno de Colombia declara la situación de desastre en las islas arrasadas por el huracán Iota
El Gobierno colombiano ha declarado este miércoles la situación de desastre en el archipiélago caribeño de San Andrés, Providencia y Santa Catalina arrasado por el paso del huracán Iota que ha dejado al menos dos muertos, un desaparecido, miles de damnificados y varios heridos.
En contexto: Iota irrumpió el lunes de madrugada en el turístico archipiélago, habitado por unas 65.000 personas, y tras su devastador paso miles de personas quedaron sin vivienda. El huracán, primero de categoría 5 que golpea el país, causó la destrucción casi en su totalidad de la isla de Providencia y dejó la zona sin comunicaciones y sin suministro de agua.
«Esta nueva norma establece los lineamientos generales para el manejo de la situación de desastre y del Plan de Acción Específico, con miras a mitigar los efectos de los huracanes en las islas», ha informado la Presidencia sobre el decreto que estará vigente por 12 meses y será prorrogable por un periodo más.
El decreto contempla la asistencia humanitaria a las familias afectadas con alimentación y elementos de dormitorio, higiene y cocina durante el tiempo que dure la emergencia.
Además incluye la administración de albergues y subsidios de arrendamiento temporal para quienes evacuaron sus viviendas, y la reconstrucción de las casas afectadas o destruidas, entre otras medidas.
El presidente colombiano, Iván Duque, ha regresado este miércoles a Providencia, la isla más afectada del archipiélago, para coordinar la entrega de ayuda humanitaria y la estrategia de atención en salud y reconstrucción del lugar.
«Estamos en este momento saliendo con medicamentos, con carpas. Estamos esperando hoy también la llegada de embarcaciones (de la Armada Nacional) para hacer la distribución de ayuda humanitaria», ha dicho el mandatario antes de salir hacia Providencia desde la isla vecina de San Andrés.
Providencia, situada unos 90 kilómetros al noreste de San Andrés, fue atravesada de este a oeste por el huracán, entonces de categoría 5, con vientos de 250 kilómetros por hora en su avance hacia las costas de Nicaragua y en ese impetuoso paso casi toda su infraestructura quedó destruida.
Los principales retos que tienen ahora las autoridades, según ha explicado Duque, son remover todos los escombros que dejó la emergencia, limpiar el área, prestar atención en salud, y restablecer las comunicaciones, el flujo de energía y el suministro de agua.
En las próximas semanas las autoridades se enfocarán en prestar asistencia humanitaria a los damnificados, en «desplegar el mayor número de carpas para la protección de las familias, con sus respectivos colchones», así como en entregar medicamentos y kits de alimentación y de higiene, según ha informado además Duque.