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Medio Ambiente

Jambolina, la osa liberada tras vivir toda su vida encerrada en una pequeña jaula

Jambolina, la osa liberada tras vivir toda su vida encerrada en una pequeña jaula

Stiftung Arosa Bären | Four Paws UK

La osa Jambolina tiene 11 años. Toda su vida ha vivido encerrada en una pequeña jaula en un garaje de Ucrania. Casi no podía moverse de aquel minúsculo habitáculo. El animal actuaba en circos y, con las restricciones de la pandemia, su dueño pensó que ya no le iba a proporcionar beneficio alguno, sólo gastos en manutención y comida. Ahora, la suerte ha llegado para el mamífero, pues el ucraniano ha decidido contactar con Four Paws para que la organización le ofreciera una vida mejor.

Por qué te lo contamos: Jambolina aún sufre secuelas por estar tanto tiempo en una jaula tan pequeña y recibir continuos castigos físicos. La normativa establece que estos animales necesitan ubicaciones de un mínimo de 10 metros de altura y 30 metros cuadrados. Nada parecido a las dimensiones en las que estaba encerrada la osa. «La mantuvieron sola en una jaula pequeña y lo había estado desde que era una cachorra. Ella no estaba con otros osos», han señalado desde el organismo. 

«Transportar a una osa a través de cuatro fronteras nacionales y dos de la Unión Europea es un gran desafío, más aún en tiempos de COVID-19[contexto id=»460724″]. Teníamos que velar por el bienestar de Jambolina en todo momento. También se necesitaba mucho papeleo y controles para la parte logística del traslado», ha relatado al Daily Mail la responsable de Rescate y Defensa de Animales Salvajes en Four Paws, Barbara van Genne,

Después de cruzar 2.400 kilómetros en menos de cuatro días y ser transportada en la última parte de su viaje en un teleférico, la osa por fin ha llegado a su nuevo hogar. El centro de protección de osos Arosa Barenland, en los Alpes suizos, un santuario localizado a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar.

«Las condiciones de mantenimiento de Jambolina estaban lejos de ser apropiadas para su especie. Algo que tuvo un impacto negativo en su salud. Sus dientes están en mal estado. Al igual que sus garras», ha añadido Van Genne. En palabras de la activista, la osa va a permanecer «en un recinto de adaptación para que el equipo de cuidadores de animales pueda observarla. Mediante la distribución de alimentos dirigida, se acostumbrará al ritmo de la hibernación y, con suerte, recuperará sus instintos naturales».

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