Una nueva tecnología surgida de un proyecto de investigación coordinada por la Universidad de Girona (UdG) permite aprovechar el exceso de energía sobrante de las placas solares que alimentan los hogares.
Por qué es importante: las redes eléctricas se podrán transformar así en sistemas inteligentes que faciliten la sostenibilidad y den respuestas a los retos de la transición energética.
En el trabajo han participado también socios de Austria, Grecia, Eslovenia y Noruega, además del Centro de Innovación Tecnológica en Convertidores Estáticos y Accionamientos de la Universidad Politécnica de Cataluña.
El objetivo ha sido avanzar en la gestión de la red eléctrica de baja tensión y de los flujos de energía, para lo que se ha desarrollado un dispositivo de electrónica de potencia que se aplica a diferentes tecnologías de almacenamiento con un solo equipo.
El aparato, denominado PED, se conecta a la red de distribución y permite trabajar los diferentes flujos energéticos que se generan entre los paneles solares, los consumos y el conjunto de convertidores y baterías para hacerlos más eficientes y respetuosos con el medioambiente.
El exceso de producción se puede almacenar y liberarlo más tarde cuando sea necesario según los sistemas de gestión de la zona y aprovechando los picos de generación de las placas fotovoltaicas.
Además de coordinar, el grupo de investigación de la UdG ha desarrollado los algoritmos para la predicción de la demanda, producción diaria de energía y posterior planificación de la carga y descarta de las baterías.