Al menos una persona ha muerto y toda la ciudad de Nueva Orleans ha quedado completamente a oscuras después de que se produjeran graves daños en las conexiones de red debido al paso del huracán Ida, según han informado las autoridades locales.
Lo más importante: el fallecido es un hombre de unos 50 años y su muerte se ha producido en Ascension Parish, en el sureste de Luisiana, al parecer por la caída de un árbol sobre su casa. Ascension Parish es parte del área metropolitana de Baton Rouge, una región que se espera que reciba lo peor del huracán Ida hasta primera hora de este lunes, según el Servicio Meteorológico Nacional.
También se ha informado de daños «catastróficos» en amplias zonas de esa zona de Luisiana el domingo por la noche después de que el huracán Ida azotara el estado. El gobernador ha dicho que ha sido «una de las tormentas más fuertes que ha tocado tierra aquí en los tiempos modernos».
Toda Nueva Orleans estaba sin electricidad, según informó la compañía eléctrica de la ciudad, amenazando su sistema de alcantarillado. Este incidente se produjo justo cuando comenzó a anochecer en la ciudad de Luisiana y cuando el huracán Ida pasaba a unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad.
La agencia de preparativos ante emergencias de Nueva Orleans NOLA Ready ha indicado que la única electricidad que había en toda el área metropolitana procede exclusivamente de generadores.
En todo el estado de Luisiana hay más de 780.000 clientes sin energía eléctrica, según la web especializada Poweroutage.us, aunque otros medios cifran en número de afectados en más de un millón. Con el paso de las horas se teme que este número pueda aumentar a medida que Ida prosiga su rumbo norte hacia el interior de la región. Los cortes se deben presumiblemente a fallos de sistema como el de Nueva Orleans o la caída de numerosos postes de la electricidad.
Nueva Orleans vive con angustia el paso de Ida, que tocó tierra el domingo a mediodía con vientos de 240 kilómetros por hora, debido a que coincide con el aniversario de la tragedia que provocó en 2005 el huracán Katrina. Aquel 29 de agosto, el sistema de diques de protección que protege la ciudad falló y la urbe sufrió importantes inundaciones en las que murieron más de 1.800 personas.
La peligrosidad de este fenómeno queda patente en las varias horas en las que Ida mantuvo su fuerza de huracán de categoría 4 después de tocar tierra, y, según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC), genera vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora.
Aunque sus vientos han perdido fuerza, el mayor peligro sigue siendo el agua, tanto la procedente de la marejada ciclónica como de las intensas lluvias, especialmente ahora que se ha ralentizado su velocidad de desplazamiento hasta 15 kilómetros por hora. Esto provoca que las lluvias caigan sobre la misma zona durante más tiempo, lo que aumenta las posibilidades de acumulación de agua.