¿Qué son las plantas vasculares?
Su compleja estructura les permite alcanzar un tamaño y forma que no es posible en otras especies más primitivas
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El helecho es una planta vascular. | (Canva)
Las plantas vasculares, también denominadas traqueofitas o cormofitas, constituyen un grupo esencial dentro del reino vegetal. Su principal característica es la presencia de tejidos especializados, como el xilema y el floema, que facilitan el transporte de agua, nutrientes y sustancias orgánicas a lo largo de la planta. Y es que, este tipo de especies representan un avance evolutivo significativo en el reino vegetal, respecto al resto de organismo vegetales.
Su capacidad para transportar eficientemente agua y nutrientes, junto con la diferenciación de órganos especializados, les ha permitido adaptarse a una amplia gama de hábitats y desempeñar roles fundamentales en los ecosistemas terrestres. Desde los helechos que copan los bosques húmedos hasta los majestuosos árboles que forman los grandes bosques.
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Composición de las plantas vasculares
Una de las adaptaciones más significativas de las plantas vasculares es la diferenciación de órganos: raíz, tallo y hojas. Las raíces, generalmente subterráneas, se encargan de absorber agua y minerales del suelo. El tallo actúa como soporte estructural y vía de transporte entre las raíces y las hojas. Las hojas son los principales órganos fotosintéticos, donde se produce la síntesis de alimentos necesarios para el crecimiento y desarrollo de la planta.
El sistema vascular está compuesto por dos tipos de tejidos: el xilema y el floema. El xilema transporta agua y sales minerales desde las raíces hasta las hojas, mientras que el floema distribuye los productos de la fotosíntesis desde las hojas hacia otras partes de la planta. Esta eficiente red de transporte permite a las plantas vasculares colonizar una amplia variedad de hábitats, adaptándose a diversas condiciones ambientales.
Desarrollo de este tipo de plantas
Su desarrollo tiene lugar hace aproximadamente 400 millones de años, durante los períodos Silúrico y Devónico. La evolución este tipo de plantas representó un avance significativo en la colonización de los ecosistemas terrestres, permitiendo la diversificación de los ecosistemas. La presencia de una cutícula protectora es una adaptación estructural posterior que ha contribuido a su éxito evolutivo.
Las plantas vasculares se clasifican en varios grupos principales: los helechos que no producen flores ni semillas, su reproducción se realiza mediante esporas y suelen habitar en ambientes húmedos. Como la cola de caballo y los helechos arborescentes.
Las plantas que producen semillas desnudas, generalmente, presentan conos o estróbilos como estructuras reproductivas. Entre ellas se encuentran los pinos, cipreses y secuoyas. El grupo más diverso y numeroso de plantas vasculares se caracteriza por producir flores verdaderas y semillas que dan lugar a frutos. Como los tulipanes, los gladiolos, los manzanos y los naranjos.
Diferencias con el resto de plantas
La principal diferencia entre las plantas vasculares y las no vasculares radica en la presencia de un sistema de conducción especializado. Además, las plantas no vasculares no presentan una diferenciación clara de órganos como raíces, tallos y hojas, y su reproducción se realiza exclusivamente mediante esporas.