Una alternativa al «usar y tirar»: Orvallo Tech y la tecnología inclusiva con menor huella ambiental
Valeria Lavorato desarrolla un proyecto enfocado en la sostenibilidad y en ampliar el acceso a la tecnología

Valeria Lavorato recibe un premio.
Nuestros dispositivos electrónicos funcionan gracias al cobalto, un mineral esencial para las baterías recargables de iones de litio. Las mayores reservas de este material se encuentran en la República Democrática del Congo, donde miles de mineros trabajan en condiciones semejantes a la esclavitud, según Siddharth Kara, investigador asociado en Harvard y especialista en esclavitud moderna, trata de seres humanos y trabajo infantil.
En su libro Cobalto Rojo: el Congo se desangra para que tú te conectes, Kara describe las condiciones inhumanas de estas minas, la devastación ambiental que provocan y cómo los abusos de derechos humanos se extienden por toda la cadena de suministro hasta terminar en nuestros hogares en forma de teléfonos, ordenadores y coches electrónicos, entre otros dispositivos.
Una opción para disminuir la demanda de cobalto es prolongar la vida útil de la tecnología que ya tenemos. Este es el propósito de la compañía Orvallo Tech, una empresa con sede en Galicia fundada por la argentina Valeria Lavorato, dedicada al reacondicionamiento de dispositivos electrónicos para fomentar un consumo más sostenible y justo. Este proyecto fue premiado en la IX edición de GIRA Mujeres, el programa impulsado por Coca-Cola para promover el emprendimiento femenino.

Una solución a la obsolescencia programada
Orvallo Tech nació este año en Santiago de Compostela, fundada por Lavorato, quien también ejerce como directora de la empresa. La iniciativa consiste en reacondicionar ordenadores para ofrecer productos de alta calidad a precios accesibles, y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental: «Los ordenadores son prácticamente como si fueran nuevos; incluso tienen dos años de garantía. Están en perfectas condiciones, tienen menor coste y también suponen un buen impacto para el medio ambiente», afirma Lavorato.
La directora añade que la empresa busca ir contra la tendencia actual de «usar y tirar». Explica que «hay muchos dispositivos que las personas descartan y aún pueden seguir siendo utilizados». Para ella, esta práctica «parte de un modelo empresarial de obsolescencia programada, en el que las compañías, con tal de vender más, limitan la duración de los dispositivos». Lavorato sostiene que, para reducir la extracción de materiales naturales y la contaminación, es necesario apostar por soluciones que prolonguen el uso de los aparatos digitales.
Afrontando la exclusión digital
El impacto de Orvallo Tech trasciende el ámbito de la sostenibilidad. La compañía también está enfocada en «democratizar el acceso a la tecnología» al incluir grupos poco representados, como los adultos mayores y las personas con discapacidad. Lavorato afirma que ambos colectivos están desatendidos por la industria tecnológica: «Todos tenemos un abuelito o una persona mayor cerca, y vemos lo que les cuesta aprender a usar la tecnología. Muchas veces están incomunicados por no saber manejarla. Con las personas con discapacidad ocurre lo mismo y queremos ayudarles a reducir esa brecha».
Para integrar a estos grupos en el mundo digital, Orvallo Tech planea ofrecer clases de informática y organizar actividades sociales: «Queremos acompañarlos para que puedan aprender a usar los equipos, y después, crear clubes sociales para que ellos se reúnan, compartan más allá de la parte tecnológica y eviten así el aislamiento», añade la fundadora.
Además, la compañía quiere aumentar la presencia de las mujeres en este sector, otro grupo subrepresentado: «Sabemos que es un área eminentemente masculina y por eso queremos incorporar a mujeres en roles técnicos y posiciones informáticas», afirma Lavorato, quien señala que, como directora, desea aportar una perspectiva centrada en reducir la brecha de género en el campo de la tecnología.
Un premio con impacto
Valeria Lavorato fue premiada por su emprendimiento Orvallo Tech en la edición de GIRA Mujeres de este año. En esta convocatoria participaron 880 mujeres que presentaron sus proyectos en las categorías Quiero emprender y Tengo un negocio. Como premio, las diez finalistas recibirán una mentoría de cuatro meses brindada por Impact Hub. Además, las cuatro ganadoras recibieron 8.000 euros en capital semilla, tres meses de aceleración de negocios y una formación impartida por ESIC, especializada en impulsar o mejorar emprendimientos.
Lavorato fue una de las dos ganadoras de la categoría Quiero emprender, experiencia que, según explica, fue transformadora: «Yo creo que no soy la misma después de haber pasado por este proceso y de haber sido ganadora, especialmente porque tengo mayor confianza en mí misma y en mi proyecto».
Adicionalmente, destaca el ambiente de apoyo entre las participantes: «Las finalistas formamos un grupo muy unido en el que nos dimos ánimo. Entonces, más allá del financiamiento, el concurso tiene una dimensión de empoderamiento femenino realmente muy potente».
Lavorato sostiene que priorizar el impacto social está en sus «genes y naturaleza», ya que siempre ha buscado «generar procesos de desarrollo para que las personas tengan mejor calidad de vida». Con Orvallo Tech, aspira a contribuir a la lucha contra el cambio climático mientras fomenta la inclusión de los grupos marginados dentro del sector tecnológico. Además, hace un llamado a la sociedad para que vea «la tecnología reacondicionada como algo que une, algo que ayuda, algo que genera menos residuos y que nos beneficia a todos».
