La policía sudanesa utiliza la violación como arma
Saffica Ishaq, una joven activista, tenía 24 años cuando fue secuestrada en las calles de Sudán por dos policías vestidos de civiles. La llevaron a las oficinas de los servicios de Inteligencia y Seguridad, donde la interrogaron, golpearon y violaron repetidamente. Según ha declarado, le acusaron de distribuir octavillas y de ser una “comunista e indecente”. Es una de las varias mujeres y activistas que han denunciado haber sido violadas por las autoridades en un informe de Human Rights Watch.
La situación para las mujeres en Sudán es desesperada. Numerosas asociaciones de derechos humanos han informado de palizas, interrogatorios y agresiones sexuales a activistas a manos de las autoridades policiales.
Saffica Ishaq, una joven activista, tenía 24 años cuando fue secuestrada en las calles de Sudán por dos policías vestidos de civiles. La llevaron a las oficinas de los servicios de Inteligencia y Seguridad, donde la interrogaron, golpearon y violaron repetidamente. Según ha declarado, le acusaron de distribuir octavillas y de ser una “comunista e indecente”. Es una de las varias mujeres y activistas que han denunciado haber sido violadas por las autoridades en un informe de Human Rights Watch.