La policía de Pakistán es acusada de asesinar ilegalmente a 2000 sospechosos al año
Bajo el eufemismo de «muerte en enfrentamiento» la policía pakistaní justifica las ejecuciones extrajudiciales proporcionando como razones para la violencia que los presuntos delincuentes o terroristas fueron abatidos porque oponían resistencia o mostraban violencia. Sin embargo, el informe de Human Rights Watch asegura que: «En la gran mayoría de estos casos, ningún agente de policía resultó herido o muerto, lo que plantea interrogantes en cuanto a si había realmente un intercambio armado o una amenaza inminente para la vida de la policía u otras personas». Según recoge The Guardian, oficiales de alto rango de la Policía de Pakistán admitieron a HRW que los métodos violentos se encuentran entre sus prácticas, y que en ocasiones agentes mal equipados y mal entrenados recurren regularmente a la tortura para obtener confesiones. Según la organización de Derechos Humanos: «Tales prácticas han contribuido a hacer de la policía una de las instituciones más temidas de Pakistán».
La organización Human Rights Watch ha dado a conocer que la policía de Pakistán está ejecutando ilegalmente a cientos de personas cada año. Las investigaciones llevadas a cabo demuestran que las denominadas «muertes en enfrentamientos» son en realidad, en muchas ocasiones, asesinatos fuera de la legalidad, y que de las 2.108 personas muertas a manos de la policía pakistaní en 2015, la mayoría, fueron abatidas en circunstancias no justificadas.
Bajo el eufemismo de «muerte en enfrentamiento» la policía pakistaní justifica las ejecuciones extrajudiciales proporcionando como razones para la violencia que los presuntos delincuentes o terroristas fueron abatidos porque oponían resistencia o mostraban violencia. Sin embargo, el informe de Human Rights Watch asegura que: «En la gran mayoría de estos casos, ningún agente de policía resultó herido o muerto, lo que plantea interrogantes en cuanto a si había realmente un intercambio armado o una amenaza inminente para la vida de la policía u otras personas».
Según recoge The Guardian, oficiales de alto rango de la Policía de Pakistán admitieron a HRW que los métodos violentos se encuentran entre sus prácticas, y que en ocasiones agentes mal equipados y mal entrenados recurren regularmente a la tortura para obtener confesiones. Según la organización de Derechos Humanos: «Tales prácticas han contribuido a hacer de la policía una de las instituciones más temidas de Pakistán».