Indignación por una propuesta del parlamento ruso que permite pegar a las mujeres
La diputada y presidenta de la Comisión de Asuntos de la Familia y la Mujer de la Cámara, Yelena Mizulina, quien introdujo la propuesta, cree que la gente no debería ser encarcelada o considerada criminal “por una bofetada”. Además, afirma que “en la cultura familiar rusa las relaciones padre-hijo se construyen en torno al poder de la autoridad del padre”, y añade que “las leyes deben apoyar esa tradición familiar”. Si se aprueba la propuesta, la primera ofensa no sería considerada criminal, y el castigo se limitaría a una multa o a servicios comunitarios. Sin embargo, si la agresión se repitiera, sí se consideraría un acto criminal y podría acarrear penas de cárcel. Los datos sobre violencia doméstica en Rusia son muy limitados, pero según las estadísticas que maneja el Gobierno, 36.000 mujeres son agredidas por sus parejas cada año y otros 26.000 niños por sus padres. Hasta ahora, pegar sin consecuencias a hijos, esposa, hermanos y otros parientes era condenable con hasta dos años de prisión. Para entrar en vigor, la medida deberá ser aprobada una segunda vez.
Una propuesta que pretende despenalizar la violencia doméstica ha superado la primera votación en la Duma (el Parlamento ruso), causando así la rabia y oposición de los activistas a favor de los derechos de la mujer. Estos creen que el texto, que pretende considerar sólo un «delito civil» la violencia de género, de forma que los maridos que peguen a sus mujeres sólo irán a prisión si lo hacen «más de una vez al año», supondrá un paso atrás en los esfuerzos por solucionar este gran problema en el país.
La diputada y presidenta de la Comisión de Asuntos de la Familia y la Mujer de la Cámara, Yelena Mizulina, quien introdujo la propuesta, cree que la gente no debería ser encarcelada o considerada criminal “por una bofetada”. Además, afirma que “en la cultura familiar rusa las relaciones padre-hijo se construyen en torno al poder de la autoridad del padre”, y añade que “las leyes deben apoyar esa tradición familiar”. Si se aprueba la propuesta, la primera ofensa no sería considerada criminal, y el castigo se limitaría a una multa o a servicios comunitarios. Sin embargo, si la agresión se repitiera, sí se consideraría un acto criminal y podría acarrear penas de cárcel.
Los datos sobre violencia doméstica en Rusia son muy limitados, pero según las estadísticas que maneja el Gobierno, 36.000 mujeres son agredidas por sus parejas cada año y otros 26.000 niños por sus padres. Hasta ahora, pegar sin consecuencias a hijos, esposa, hermanos y otros parientes era condenable con hasta dos años de prisión. Para entrar en vigor, la medida deberá ser aprobada una segunda vez.