Una niña de cuatro años recorre el bosque siberiano para socorrer a su abuela
Una niña de cuatro años caminó al menos 8 kilómetros a través de la helada taiga siberiana de la provincia rusa de Tuva para pedir ayuda para su abuela cuando esta cayó enferma. Su madre por ahora se enfrenta a una causa penal por negligencia.
Una niña de cuatro años caminó al menos 8 kilómetros a través de la helada Taiga siberiana – el bosque boreal más grande del mundo – de la provincia rusa de Tuva para pedir ayuda para su abuela cuando esta cayó enferma, según informan medios rusos.
Saglana Salchak vive con sus abuelos en una granja situada en las profundidades del bosque forestal cerca de la frontera con Mongolia, mientras que su madre, Eleonora Salchak, y su padrastro cuidan de una manada de caballos en otra parte de la región, por lo que ella está acusada de un delito de negligencia. La población más cercana de la casa de los abuelos se encuentra aproximadamente a 20 km y la casa más próxima a 8 km.
La niña se levantó y comprobó que su abuela, de 60 años, no se movía. Tras hablar con su abuelo, ciego, la pequeña de cuatro años se adentró en la oscuridad de la mañana, con temperaturas de 34 grados bajo cero con tan solo una caja de cerillas por si acaso debía hacer una fogata. A lo largo de la orilla del río y en medios de numerosas ventiscas de nieve, la pequeña tardó varias horas en recorrer los 8 km que la separaban de la casa de su vecino. Afortunadamente, ni la nieve, que normalmente llega al nivel del pecho, ni los lobos que en ocasiones han llegado a atacar al ganado de sus abuelos, le impidió seguir con la travesía.
Sin embargo, si no llega a ser por su vecino que la vio cerca de la casa, la niña hubiera pasado de largo sin darse cuenta de que había llegado. Los vecinos llamaron al personal médico del pueblo, quienes, después de reconocer a la niña, recorrieron el camino de vuelta a la granja para descubrir que la abuela había muerto de un ataque al corazón.
Saglana contó al periódico local, Komsomolskaya Pravda, que no tenía miedo de caminar por el bosque sola. “Tan solo caminé y caminé y llegué allí’ dice. Aun así admite que había pasado mucho frío y que “tenía muchas ganas de comer”. Como resultado, Saglana cogió un resfriado pero se recuperó rápidamente en el hospital local y la trasladaron al centro social en el que vive ahora.
Los medios de Tuva ya la han declarado héroe local. “No puedes impresionar fácilmente a los residentes de este distrito con historias extremas sobre la vida en la taiga”. El domingo, sin embargo, el comité de investigación de Tuva que revisa el caso de Saglana, abrió una causa penal contra Eleonora Salchak por dejar a la menor en peligro. “Sabía que los abuelos no tenían capacidad de adoptar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la niña”, concluyó el Comité en una nota de prensa.