Coca-Cola ha rebajado el azúcar de sus bebidas sin que nos diéramos cuenta
En las últimas décadas, las autoridades sanitarias han coincidido en advertir a la población sobre los riesgos que conlleva la ingesta de azúcar. Su consumo tiene incidencia en las enfermedades de corazón, en la obesidad, en la diabetes o en la aparición de caries, entre otras. Esta alarma ha provocado que la sociedad se conciencie sobre los efectos nocivos del azúcar. Y, por su parte, compañías como Coca-Cola han utilizado su potencia económica para crear lobbies que impulsaban estudios científicos que trataban de desmontar las teorías anti azúcar. Ahora parece que al fin se han rendido a la evidencia científica: Coca-Cola, por ejemplo, ha cerrado hace unos meses el European Hydration Institute (EHI), organismo destinado a la financiación de estudios científicos sobre hidratación, y ha disparado su aportación a sociedades científicas hasta alcanzar los 1,5 millones de euros en donaciones.
En las últimas décadas, las autoridades sanitarias han coincidido en advertir a la población sobre los riesgos que conlleva la ingesta de azúcar. Su consumo tiene incidencia en las enfermedades de corazón, en la obesidad, en la diabetes o en la aparición de caries, entre otras. Esta alarma ha provocado que la sociedad se conciencie sobre los efectos nocivos del azúcar. Y, por su parte, compañías como Coca-Cola han utilizado su potencia económica para crear lobbies que impulsaban estudios científicos que trataban de desmontar las teorías anti azúcar. Ahora parece que al fin se han rendido a la evidencia científica: Coca-Cola, por ejemplo, ha cerrado hace unos meses el European Hydration Institute (EHI), organismo destinado a la financiación de estudios científicos sobre hidratación, y ha disparado su aportación a sociedades científicas hasta alcanzar los 1,5 millones de euros en donaciones.
Ahora estas compañías abogan por rebajar los niveles de azúcar de sus productos. Según afirma el nuevo CEO de Coca-Cola, James Quincey, en una reciente entrevista a la revista Businessweek, la compañía de refrescos más famosa del mundo lleva años rebajando los niveles de azúcar de sus productos sin que esto afecte a sus volúmenes de ventas. Por ejemplo, en Australia eliminaron el 15% de los azúcares de Sprite, y pusieron Stevia para reemplazarlo. “Los consumidores beben Sprite tanto como antes”, ha afirmado Quincey. En Europa, por ejemplo, la empresa decidió eliminar un “30% de los azúcares de Fanta para ver qué pasaría”, y las ventas tampoco se vieron afectadas.
Sin embargo, no todos los cambios en las fórmulas de los refrescos han salido bien. Por ejemplo, Pepsi decidió poner edulcorante artificial en toda su línea de productos, un cambio que provocó la rebelión de sus clientes.
La preocupación por los posibles riesgos que el azúcar conlleva para la salud ha causado una disminución en el consumo de refrescos en muchos lugares del mundo, incluido Estados Unidos. Actualmente, un refresco de Coca-Cola o Pepsi contiene por cada lata de 330 mililitros, aproximadamente 39 gramos de azúcar. Para paliar sus efectos, la OMS apoya que los refrescos se graven hasta con un 20% de impuestos. El tiempo dirá si los muy recientes esfuerzos por rebajar la cantidad de azúcar de estos productos salva a una industria que tiene mucho que perder.