La FIFA admite que los trabajadores del Mundial de Rusia han sufrido abusos laborales
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha admitido que algunos trabajadores involucrados en la construcción del estadio de San Petersburgo para el mundial de 2018 han sufrido abusos de los derechos humanos.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha admitido que algunos trabajadores involucrados en la construcción del estadio de San Petersburgo para el mundial de 2018 han sufrido violaciones de Derechos Humanos.
En una carta enviada a los presidentes de cuatro asociaciones de fútbol nórdicas, Infantino ha reconocido que algunos hombres norcoreanos, cuyas condiciones de trabajo son “habitualmente horribles”, han sido empleados en la construcción del Zenit Arena en San Petersburgo.
Los presidentes de las federaciones de fútbol de Suecia, Dinamarca, Noruega e Islandia escribieron a la FIFA la semana pasada preocupados por las condiciones de trabajo de los obreros que preparaban el estadio para el campeonato, debido a la información publicada en un reportaje de la revista noruega Josimar. El artículo explica que el alojamiento de los trabajadores eran contenedores abarrotados fuera del estadio. Además, cita varios informes locales que afirman que un hombre norcoreano fue encontrado muerto en uno de los contenedores tras sufrir un ataque al corazón.
La ONU declaró el pasado mes de noviembre que las condiciones de los trabajadores de Corea del Norte en China, Rusia y Oriente Medio son similares a la esclavitud, pues son enviados por el régimen totalitario de su país a cambio de una comisión.
“La FIFA está al tanto y condena las a menudo horribles condiciones bajo las que los trabajadores norcoreanos son empleados en varios países en todo el mundo”, dice Infantino en la carta. Tras enviar una inspección al lugar donde se sospechaba que se cometían los abusos, “los asuntos encontrados fueron posteriormente tratados con la compañía y con el contratista general”, ha añadido Infantino.
Además, explica que en la última inspección, llevada a cabo en marzo, no se encontró ningún empleado norcoreano trabajando en el estadio.