Escocia cuenta los muertos de la "generación Trainspotting"
Los años y años de abusos de la llamada «generación Trainspotting» empiezan a pasar factura en la región británica de Escocia, traduciéndose en un fuerte aumento de las muertes por drogas.
Los años y años de abusos de la llamada «generación Trainspotting« empiezan a pasar factura en la región británica de Escocia, traduciéndose en un fuerte aumento de las muertes por drogas.
«He visto mucha muerte», ha explicado Derek Harper, de 57 años, un exadicto del barrio de Leith, escenario de la película Trainspotting, de 1996. «La mitad de la gente de la escuela, muertos; la mitad de la gente que vivía en mi barrio, muertos por drogas«, ha explicado. Harper contabiliza en «cientos» sus conocidos fallecidos en las últimas cuatro décadas por este azote.
El número de muertes relacionadas con las drogas fue de 867 en 2016. Los últimos datos internacionales disponibles muestran que la región tiene la tasa más alta de muertes por drogas en Europa, 110 por millón en 2014, cinco veces más que la media.
«Consumí drogas regularmente durante 38 años. Cannabis, heroína, medicamentos, crack, LSD, setas alucinógenas, todo. Estaba roto, espiritualmente. Estaba enfermo», ha narrado Harper. «A finales de los años 1970, este lugar estaba lleno de heroína ‘China White’, y encontraban a la gente en escaleras, pubs, discotecas, casas, muertos por sobredosis porque era muy pura», ha añadido.
El éxito de Trainspotting, que se basaba en una novela de Irvine Welsh sobre el barrio de Leith en los años 1980, y que supuso el salto a la fama del actor Ewan McGregor, dio a conocer internacionalmente el inframundo de las drogas escocés. El barrio está ahora de moda, tiene bares modernos y hasta un restaurante con estrellas Michelin. Sin embargo, algunos vecinos siguen viviendo en viejos edificios grises y mantienen los hábitos de toda la vida.
El director del Foro Escocés sobre Drogas, David Liddell, una organización independiente para combatir el problema, ha explicado como los años y años de abusos están pasando finalmente factura. «Hay gente que ha estado consumiendo durante 20 años o más, sus cuerpos se han resentido de ese consumo continuo de drogas y son ahora más vulnerables a una sobredosis», ha lamentado Liddell. La mayoría de las muertes se dan en gente mayor de 35 años.
Liddell estima que los problemas con las drogas en Escocia tienen que ver con la pobreza y las privaciones. En la región hay 61.500 consumidores entre una población de 5 millones.
Los políticos escoceses reclaman que se habiliten salas a las que los drogadictos puedan llevar sus drogas y se les proporcionen jeringuillas nuevas. No obstante, el Gobierno británico, que es responsable de la política sobre drogas, se muestra escéptico.
«Ocho países europeos, más Australia y Canadá, abrieron salas de consumo», ha indicado el diputado del Partido Nacional Escocés (SNP), Ronnie Cowan. «El resultado fue una reducción en la propagación del sida y de la hepatitis C, y un descenso de los delitos. Nunca nadie sufrió una sobredosis en una sala de consumo de drogas supervisada», ha añadido.
La primera ministra británica Theresa May, que fue ministra de Interior, cree que las autoridades tienen que centrarse en que «la gente abandone las drogas, no las consuma en primer lugar, y se mantenga alejada de ellas». Informa Afp.