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China da un nuevo paso hacia la exploración del lado oculto de la Luna

China ha lanzado este lunes un satélite de retransmisión para establecer un enlace de comunicación entre la Tierra y la sonda lunar Chang’e-4, que se lanzará próximamente para explorar el misterioso lado oculto de la Luna. El satélite, llamado Queqiao (‘puente de la urraca’, en castellano), ha sido transportado por un cohete Long March-4C que ha despegado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang del suroeste de China, según la agencia oficial Xinhua, con información de la Administración Nacional Espacial de China (CNSA).

China da un nuevo paso hacia la exploración del lado oculto de la Luna

China ha lanzado este lunes un satélite de retransmisión para establecer un enlace de comunicación entre la Tierra y la sonda lunar Chang’e-4, que se lanzará próximamente para explorar el misterioso lado oculto de la Luna. El satélite, llamado Queqiao (‘puente de la urraca’, en castellano), ha sido transportado por un cohete Gran Marcha-4C que ha despegado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang del suroeste de China, según la agencia oficial Xinhua, con información de la Administración Nacional Espacial de China (CNSA).

«El lanzamiento es un paso clave para que China logre su objetivo de ser el primer país en enviar una sonda y aterrizar suavemente en el lejano lado de la Luna», ha dicho Zhang Lihua, gerente del proyecto de satélites de transmisión. Aproximadamente 25 minutos después del despegue, el satélite se ha separado del cohete y ha entrado en órbita. Científicos e ingenieros chinos esperan que el Queqiao forme un puente de comunicación entre los controladores en la Tierra y el otro lado de la Luna, donde se espera que la sonda lunar Chang’e-4 aterrice a finales de este año.

Este lanzamiento supone la 275ª misión de la serie de cohetes Gran Marcha. Tal y como recuerda Xinhua, las mareas de la Tierra han disminuido la rotación de la Luna hasta el punto de que el mismo lado siempre mira hacia la Tierra, un fenómeno llamado bloqueo de marea. La otra cara, la mayor parte de la cual nunca es visible desde la Tierra, es el lado lejano o el lado oscuro de la Luna, no porque esté oscuro, sino porque la mayor parte permanece desconocido.

La cuenca Aitken de la región del polo sur lunar ha sido elegida como el lugar de aterrizaje de Chang’e-4. Se cree que la región tiene un gran potencial de investigación. «Diseñamos una órbita alrededor del punto Tierra-Luna L2 donde el satélite transmisor podrá ‘ver’ tanto la Tierra como el otro lado de la Luna», ha dicho Bao Weimin, director de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Espacio Aéreo de China.

El satélite, que pesa unos 400 kilos y tiene una vida diseñada de tres años, lleva varias antenas. Una, con forma de paraguas y un diámetro de 5 metros, es la antena de comunicación más grande utilizada en la exploración del espacio profundo.

China iniciará en 2019 la construcción de su estación espacial. Aunque todavía no hay fecha ni programa para enviar una nave tripulada a la Luna, sí está previsto que China envíe la sonda lunar Chang E5 a finales de este año para tomar muestras.

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