Expulsados 60 jóvenes de una piscina tras protestar por la exclusión de un menor transgénero
El pasado miércoles, sesenta jóvenes fueron expulsados de las piscinas de Salinas de Añana (Álava) por bañarse vestidos.
El pasado miércoles, 60 jóvenes fueron expulsados de las piscinas de Salinas de Añana (Álava) después de protestar por la exclusión de un compañero transgénero al que no le permitieron bañarse con camiseta. El socorrista exigió al menor, que se encuentra en proceso de transición a su verdadera identidad de género y se bañaba con la camiseta puesta por pudor, que se quitara la prenda.
El vigilante le interpeló de forma «amenazante«, según ha informado la familia del afectado a El Correo. Algunos compañeros y los monitores del campamento musical en el que participaban, Gazte Rock, intentaron explicarle la situación del chico, pero el socorrista se mantuvo firme en que se respetara la normativa de acceder a la piscina solo con ropa de baño. Como forma de protesta y solidaridad hacia su compañero, el resto de menores decidió lanzarse vestido a la piscina. Ante esto, el socorrista llamó a la Ertzaintza y finalmente fueron expulsados de las piscinas.
Los niños de un campamento en Salinas de Añana (Álava) se lanzan todos a la piscina con camiseta por solidaridad tras la prohibición del socorrista de que un compañero trans se pudiera bañar con camiseta. El socorrista acabó llamando a la Ertzainza. ¡Bravo por los compañeros! pic.twitter.com/lLRSdq5Pem
— 🏳️🌈Rubén López🏳️🌈 (@rubenlodi) 12 de julio de 2018
El concejal del Ayuntamiento de Salinas de Añana, Clemente Pérez de Nanclares, ha hecho saber a la Cadena Ser que todo fue un malentendido: «Es posible que al socorrista le faltara mano izquierda, pero es muy buen socorrista. ¿Se equivocó? Sí, pero no tuvo mala intención y actuó aplicando la normativa».
Los organizadores del campamento, que lleva realizándose 10 años, han declarado que no creen que la actuación del socorrista fuera tránsfoba, y que incluso no sabía que se trataba de una persona trans hasta que se lo dijo una de las monitoras. Sin embargo, rechazan su forma de proceder, que califican de «faltona y desmedida«.
La asociación vasca Lumagorri, que lucha por la defensa de los derechos LGTB+, ha condenado el episodio como tránsfobo y ha aplaudido la actuación de sus compañeros. Además, han animado a la sociedad a «responder ante este tipo de ataques a los Derechos Humanos y a la dignidad de las personas». También ha pedido a las instituciones vascas que doten a todo su personal, tanto directo como subcontratado, de una formación para tratar a las personas de todas las condiciones, incluidas las transgénero.