Abren juicio oral contra Ángel Boza, el miembro de La Manada que robó unas gafas de sol
El juez ha abierto juicio oral contra Ángel Boza, uno de los cinco miembros de La Manada condenado a nueve años de prisión por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016, por robo con violencia de unas gafas de sol y lesiones a un guardia de seguridad, al tiempo que lo mantiene en prisión.
El juez ha abierto juicio oral contra Ángel Boza, uno de los cinco miembros de La Manada condenado a nueve años de prisión por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016, por robo con violencia de unas gafas de sol y lesiones a un guardia de seguridad, al tiempo que lo mantiene en prisión.
Así lo ha decretado el titular del Juzgado de Instrucción 16 de Sevilla en el auto de apertura de juicio oral contra Boza, que, tras ser puesto en libertad bajo fianza a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra resolviera los recursos sobre su condena por los abusos sexuales junto al resto de La Manada, volvió a prisión por robar unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla el pasado 1 de agosto.
La defensa ha solicitado reiteradamente su puesta en libertad, si bien en el auto de apertura de juicio oral, el juez ha vuelto a ratificar su permanencia en prisión al no ver modificadas las circunstancias que le llevaron a dictar esta medida cautelar el pasado agosto, esto es, la existencia de riesgo de fuga «teniendo en cuenta la naturaleza del presunto delito cometido, la pena que pudiera corresponderle, las circunstancias del hecho y antecedentes del investigado».
Además, en el auto, el juez Juan Gutiérrez Casillas impone a Boza una fianza de 594,32 euros para asegurar las «responsabilidades pecuniarias» que puedan serle impuestas en el juicio por el robo de las gafas de sol, que se celebrará en el Juzgado de lo Penal que por reparto corresponda.
El fiscal pide cuatro años de prisión y una multa de 300 euros para Boza, mientras que la defensa solicita la absolución al no considerar los hechos como un robo con violencia ni lesiones, sino como un hurto reconocido por el acusado al que le fueron requisadas las gafas de sol cuando fue interceptado por una patrulla de la Policía Local en su huida.
Tras las diligencias prácticas, entre ellas el visionado de la grabación del centro comercial y el testimonio de los vigilantes y los policías locales que lo detuvieron, el fiscal considera probado que Boza robó las gafas y fue seguido en el aparcamiento por uno de los vigilantes.
Ya dentro de su coche, un Opel Astra, «y dispuesto a abandonar el parking, fue requerido por un segundo vigilante» que le esperaba al final de la rampa de salida, para que se detuviera, momento en el que «con la intención de conseguir huir en poder de las citadas gafas de sol, aceleró bruscamente, golpeando a este segundo vigilante en la cadera» y a un tercero en la mano cuando se cruzó en su trayectoria.
Como consecuencia de ello, uno de los vigilantes «sufrió contusión a nivel de pared abdominal derecha con hematoma subyacente, que precisó para su curación de una primera asistencia facultativa, y que le supuso siete días de perjuicio personal básico, uno de los cuales fue de pérdida de calidad de vida moderada».