La polémica racial se apodera del concierto de la final de la Super Bowl
Los artistas normalmente luchan por ofrecer el concierto de la final de la Super Bowl, uno de los shows más vistos de Estados Unidos.
Los artistas normalmente luchan por ofrecer el concierto de la final de la Super Bowl, uno de los shows más vistos de Estados Unidos. Sin embargo, este año varios artistas se han negado a aparecer, una señal de que la controversia racial desatada en 2016 por el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick no ha cesado.
Estrellas como Rihanna, P!nk o Cardi B se han negado a suceder a Madonna, Michael Jackson, Lady Gaga o los Rolling Stones en el espectáculo del intermedio, que busca entretener a más de 100 millones de telespectadores que se esperan para la final de este domingo entre los New England Patriots y Los Angeles Rams.
La NFL, la liga de fútbol estadounidense, lucha por ponerle fin al debate provocado en 2016 por Colin Kaepernick. El exmariscal de campo de San Francisco se arrodilló durante el himno estadounidense para denunciar la brutalidad policial contra los negros.
Desde que la liga eligió como artista principal a la banda Maroon 5, un grupo de rock californiano mayoritariamente blanco y cuyas canciones son principalmente apolíticas, se han han multiplicado los llamamientos a un boicot de la final.
Una petición online que pide a Maroon 5 que se retire en solidaridad con Kaepernick -apartado de la liga tras sus acciones y que presentó una demanda contra la NFL- ha reunido ya más de 110.000 firmas.
Un golpe a la cartera
Para Vic Oyedeji, creador de la petición, el boicot es la única forma de hacer que la NFL avance en estos temas que dividen a los estadounidenses. «Los propietarios de la NFL solo ven los resultados financieros. Seamos honestos», ha indicado a la AFP.
Dos raperos negros, como Travis Scott y Big Boi se han unido a Maroon 5, con lo que la NFL espera aliviar la controversia. Sobre todo porque la final se juega este año en Atlanta, una ciudad con una mayoría negra y capital del hip hop.
La NFL también ha reclutado a la leyenda del soul Gladys Knight para cantar el himno estadounidense antes del inicio, con la esperanza de ayudar a calmar el juego.
El rapero estrella Jay-Z, un gran partidario de Kaepernick, ya había abandonado el Super Bowl en 2017. El artista intentó, según los medios de comunicación, convencer a Travis Scott para que abandone cualquier asociación con la NFL.
Un impacto limitado
Scott acordó permanecer en el programa donando 500.000 dólares a una organización que trabaja por la justicia social, según Billboard.
Maroon 5 tuvo un acuerdo similar con la liga y su compañía discográfica para donar una cantidad equivalente a una organización de ayuda a los niños.
«Así es como los grandes jefes tratan los problemas raciales», dice Oyedeji. «Pusieron paquetes de dinero sobre la mesa». También ha criticado la participación de Big Boi, miembro de Outkast, el célebre dúo de hip hop de Atlanta.
David Allan, especialista en marketing musical de la Universidad Saint Joseph en Filadelfia, cree que la Super Bowl no debería sufrir demasiado por estas amenazas de boicot. «Es difícil boicotear la Super Bowl, el evento es demasiado grande», ha dicho.