Reporteros Sin Fronteras alerta del "nuevo orden mundial" que China quiere imponer a la información
Lo que promueve el régimen de Pekín «no es periodismo, sino propaganda de Estado», denuncia RSF
Reporteros sin Fronteras (RSF) alerta contra la amenaza que supone para la libertad de prensa en el mundo la estrategia de control de la información por parte del Gobierno de China más allá de sus fronteras, un proyecto al que llama ‘nuevo orden mundial de los medios’. Las autoridades chinas se amparan en la creciente influencia económica y política del país para exportar su modelo mediático.
En un informe publicado este lunes, coincidiendo con la visita a Francia del presidente de China, Xi Jinping, RSF subraya que desde hace una decena de años Pekín trabaja en ese proyecto para controlar la información fuera de sus fronteras.
Un proyecto inquietante teniendo en cuenta que el país que ocupa el puesto 176 de un total de 180 en la lista de laONG sobre libertad de prensa, y donde decenas de periodistas y blogueros están encarcelados por haberse hecho eco de informaciones censuradas por el Partido Comunista Chino.
Para imponerlo, se ha dotado de un «aparato de propaganda» internacional en el que ha invertido «masivamente», según el informe, y del que forman parte, entre otros, la agencia oficial de noticias Xinhua y el grupo audiovisual CGTN, que ofrecen informaciones en múltiples lenguas –incluido el español– y cuentan cada uno con plantillas de más de 10.000 personas.
También RSF se refiere a la entrada en el capital de medios extranjeros, la compra masiva de publicidad o la invitación a China de decenas de miles de periodistas de todo el mundo con todos los gastos pagados, en particular de países africanos, para formarlos en su concepción de la comunicación «a cambio de una cobertura favorable».
El Gobierno de Pekín ya no se contenta con tener bajo control a sus propios gigantes de internet, añade la ONG, como la aplicación de mensajería WeChat o el buscador Baidu, o a incitar a que otros países copien su reglamentación, sino que también ha decidido «promover su visión represiva de la información» internacionalmente.
Añade el texto de RSF que así se explica la creación en 2009 de la Cumbre Mundial de Medios, financiada y organizada por entero por Xinhua, que se celebra en «países conocidos por su autoritarismo» como Rusia o Qatar.
RSF se muestra particularmente crítico con el presidente Xi, que «en cinco años de una represión feroz contra periodistas y blogueros ha logrado imponer la visión totalitaria en el país y se dedica a extenderla más allá de las fronteras chinas».
Sobre las formas de hacer frente a la ofensiva internacional china, «hay respuestas, pero no son simples», ha comentado a la agencia Efe Cédric Alviani, responsable de la oficina de Asia de RSF para quien, en primer lugar, «las democracias deben tomar conciencia del peligro«. «Los estados deben responder, pero las respuestas autoritarias no son necesariamente adecuadas», ha puntualizado.
Alviani considera legítimo recurrir, como lo piden periodistas chinos que han estado encarcelados en su país por el ejercicio de su trabajo, a la retirada de licencias a los medios que difundan contenidos «contrarios al respeto de los derechos humanos».
Sobre todo, ha insistido en que las democracias tienen interés en desarrollar un entorno mediático «sano» que permita una autorregulación basada en criterios periodísticos. Porque lo que promueve el régimen de Pekín «no es periodismo, sino propaganda de Estado» envuelto entre argumentos como que «cada cultura tiene derecho a su propia definición de los derechos humanos».
La propia RSF ha lanzado dos iniciativas, una de certificación de los procesos editoriales –Journalism Trust Initiative– para permitir distinguir los medios que aplican criterios periodísticos de los que tienen como objetivo propagar noticias falsas.
Y, la segunda, es el Pacto para la Información y la Democracia para subrayar el papel «capital» del periodismo en el funcionamiento de las democracias. El informe finaliza con el apartado Recomendaciones de RSF, en el que Reporteros Sin Fronteras insta a tomar medidas como la inmediata liberación por parte de China de los periodistas encarcelados, respetar la libertad de prensa o ratificar el Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos, entre otras.