Comienza la retirada de combustible del reactor tres de Fukushima
La crisis atómica de Fukushima está considerada el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil, Ucrania, en 1986
El operador de la central accidentada de Fukushima, Tepco (Tokyo Electric Power Company’s), ha comenzado a retirar el combustible gastado y almacenado en la piscina del reactor tres, uno de los más dañados. Una delicada operación que ha sido retrasada en varias ocasiones y tendrá una duración de aproximadamente dos años.
Esta operación supone un paso adelante en el desmantelamiento de la central, ya que es la primera vez que se retira combustible nuclear de uno de los reactores gravemente dañados.
«Después de haber inspeccionado la situación del trabajo de desmantelamiento, el Primer Ministro Abe entregó una carta de agradecimiento a todas las empresas participantes, y les dedicó las palabras: Hagamos todo lo posible hasta el día en que logremos la reconstrucción de Fukushima», ha escrito Tepco en Twitter.
【安倍首相が福島第一をご視察】
廃炉作業の状況をご視察いただいた後、安倍首相から協力企業の皆さまへ感謝状が授与され「福島の復興を成し遂げるその日まで、共に頑張ってまいりましょう」とのお言葉をいただきました。
今後も、廃炉作業を安全かつ着実に進めてまいります。https://t.co/cdEYvJzPv4 pic.twitter.com/9DQlLVDRzY— 東京電力ホールディングス 株式会社 (@OfficialTEPCO) April 14, 2019
Es la segunda vez que se lleva a cabo tal operación, después del vaciado de la piscina del reactor cuatro entre 2013 y 2014. No obstante, el estado del reactor en cuestión era diferente, pues su núcleo, a diferencia del número tres, no entró en fusión porque estaba vacío.
Esta fase de los trabajos de desmantelamiento se ha retrasado más de cuatro años desde la fecha inicialmente prevista por Tepco, debido a los fallos que sufrieron los dispositivos electrónicos y robóticos empleados al ser expuestos a niveles de radiación extremos, que resultarían mortales para trabajadores humanos.
La piscina de desactivación y enfriado del reactor tres contiene 566 unidades de combustible nuclear, voluminosas piezas que deben extraerse antes de realizar el resto de tareas en el edificio, que sufrió una importante explosión.
La compañía nipona de electricidad prevé retirar este lunes siete de las 566 barras de dióxido de uranio y MOX –una mezcla de uranio y óxido de plutonio– gastadas o sin usar y transferirlas a otras piscinas ubicada en las instalaciones de la central de Fukushima Daiichi. La operadora prevé completar la retirada de las barras de combustible de la unidad tres para marzo de 2021.
Aparte de estas barras, se ha detectado la presencia de restos fundidos de combustible atómico en el fondo de la vasija de contención de los reactores uno, dos y tres, tal y como se ve en las imágenes captadas por varios aparatos remotos introducidos por Tepco. Estos residuos son fruto de la fusión parcial de las unidades durante la catástrofe y presentan dificultades técnicas para su retirada mucho mayores que las barras de combustible.
El edificio del reactor tres se transformó tras el accidente en una selva de chatarra, que hubo que evacuar. La piscina, situada en lo alto, también estaba llena de todo tipo de desperdicios. Se instalaron equipos especiales, incluida una grúa, para poder sacar las unidades de combustible una a una, pero los preparativos llevaron más tiempo de lo previsto.
«Al principio creíamos que podríamos comenzar la retirada a finales de 2014, pero había muchos desperdicios y tuvimos que actuar con prudencia debido a la radioactividad», ha explicado a la agencia AFP una portavoz de Tokyo Electric Power.
La central de Fukushima Daiichi, situada unos 220 km al noreste de Tokio, quedó inundada el 11 de marzo de 2011 por un enorme tsunami tras un potente sismo. La alimentación eléctrica de los circuitos de enfriamiento se cortó, lo que provocó la fusión de los núcleos de tres de los seis reactores del sitio y violentas explosiones debido a la acumulación de hidrógeno por reacción química en el edificio que cubría las unidades en las que se encuentran las piscinas. La crisis atómica de Fukushima está considerada el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil, Ucrania, en 1986.