Un grupo de científicos graba un calamar gigante en el Golfo de México
Los científicos Edie Widder, Sönke Johnsen y Nathan Robinson llevaron cámaras a 750 metros de profundidad para este descubrimiento
Un grupo de científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) han grabado un calamar gigante en aguas de Estados Unidos, en el Golfo de México.
Los científicos Edie Widder, Sönke Johnsen y Nathan Robinson, junto con su equipo, llevaron sus cámaras a 750 metros de profundidad en el océano con el objetivo de captar cualquier forma de vida. Para lograr esta imagen, el equipo científico ha utilizado la misma tecnología que utilizó en 2012 para grabar el primer calamar gigante en Japón.
Cuando recogieron la cámara, esta contenía 120 horas de grabación y no fue hasta el final cuando descubrieron el calamar gigante.
En el quinto despliegue apareció “un gran animal tubular en la esquina de la pantalla”. El siguiente vídeo mostraba lo mismo y fue en el tercero cuando “el animal tubular mostró sus enormes brazos y tentáculos”, explican los científicos en un comunicado.
“La gente empezó a ponerse alrededor rápidamente, inmediatamente supimos que era un calamar. Era grande, pero como estaba yendo directo hacia la cámara, era imposible saber exactamente cómo de grande”, añade el comunicado.
Según explica Robinson, supieron que era un calamar gigante debido a varias razones, pero principalmente por la forma de su cuerpo y la distribución de sus ventosas.
Por su parte, Widder, que es la segunda vez que graba este tipo de animal, explica que este descubrimiento “nos ayuda a aprender algo más sobre cómo cazan y sobre su energía, pero todavía tenemos que conocer mucho más”.
Además, lamenta que todos los calamares gigantes podrían desaparecer antes de que se sepa con exactitud cuántos hay en el océano.
El líder de la expedición, el doctor Johnsen, considera que este descubrimiento ayudará a la conservación del medioambiente, porque nos muestra animales que habitualmente no vemos. “Es más fácil ver ballenas y delfines, pero es muy difícil emocionarse con algo que está cubierto por toneladas de agua”.