Condenada una periodista marroquí por un aborto que nunca sucedió

La periodista marroquí Hajar Raissouni, de 28 años, ha sido condenada a un año de prisión por «aborto ilegal y sexo premeditado». Una condena que, según los observadores, «ha sido inventada».

Por su parte, su prometido, el profesor Rifaat al-Amin, también ha recibido la misma sentencia; y el médico que presuntamente le practicó el aborto, un reconocido profesional de la ciudad de 69 años, ha sido condenado por la misma corte a dos años de prisión y otros dos más de prohibición de ejercicio de la profesión médica.

Raissouni escribió una carta desde prisión asegurando que estos cargos habían sido «inventados». Así, los acusados sostienen que el aborto nunca tuvo lugar y que la periodista ha sido blanco de las autoridades marroquíes por su trabajo en la cobertura de los disturbios del norte del país. De esta forma, los partidarios y observadores de la joven dicen que su arresto, interrogatorio y juicio representan una acción dirigida por el Estada para avergonzar públicamente a Raissouni y disuadir a otros de críticas similares. Por su parte, el abogado del médico proporcionó evidencias médica a la corte para demostrar que Raissouni nunca se sometió a un aborto. 

El juicio contra la periodista ha vuelto a poner sobre la mesa el enorme peso de la religión en el Código Penal marroquí, que data en gran medida de la época colonial francesa (que terminó en 1956)  y que contiene numerosos artículos que castigan comportamientos considerados ilícitos por la religión, como el adulterio, el aborto, la homosexualidad, la no observancia del ayuno en ramadán o el proselitismo para cambiar de fe.

El pasado 2018, 14.503 personas fueron perseguidas por haber mantenido relaciones sexuales sin estar casadas, 3.048 fueron juzgadas por adulterio y 170 por homosexualidad. Muchos de estos casos se juzgan y resuelven con gran discreción, fuera del foco mediático.

Del mismo modo los activistas informa que se realizan 800 abortos diarios en el país del norte de África, donde este es ilegal excepto cuando la vida de la mujer corre peligro y con el consentimiento del esposo. 

Marruecos se encuentra en la posición número 135 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, que dice que las autoridades marroquíes utilizan con frecuencia los tribunales para hostigar a los periodistas, incluidos aquellos que cubrieron los disturbios en la región norte del Rif del país.