Cientos de turistas acuden al monolito Uluru antes de que Australia cierre el acceso
La prohibición de escalar este monolito fue decidida en el año 2017 en reconocimiento de los deseos del pueblo indígena Pitjantjatjara Anangu
Centenares de turistas han acudido por última vez al monolito Uluru, sagrado para los aborígenes australianos, para intentar alcanzar la cima antes de que el sábado entre en vigor la prohibición de escalarlo.
Una larga hilera de furgonetas esperaban en la entrada del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, donde se encuentra el monolito de 348 metros de altura y nueve kilómetros de superficie roja, al que los vientos han obligado a suspender el acceso durante horas.
La prohibición de escalar este monolito fue decidida en el año 2017 por Australia en reconocimiento de los deseos del pueblo indígena Pitjantjatjara Anangu, que recuperó en 1985 la propiedad tradicional de las tierras donde habitan desde hace 30.000 años. Con el cierre del sendero hacia el monolito se eliminará cualquier vestigio vinculado a la actividad turística, como las cadenas y señalizaciones que denominan el lugar como Ayers Rock, el nombre que se le dio en 1873 durante la colonización británica.
El anuncio de la prohibición, que llevó a un aumento del 20% de los visitantes entre julio de 2018 y junio de 2019, provocó una polémica en el país, pues hay sectores que considera que Uluru es un símbolo australiano cuyo cierre podría dañar el turismo.
Por su parte, los indígenas creen que el monolito Uluru, declarado Patrimonio de la Humanidad, es el lugar donde viven seres de su mitología que tienen como cometido guiarles en la vida. Los dueños tradicionales de Uluru, que han inspirado a otros grupos indígenas a considerar prohibiciones similares, celebrarán el cierre con una ceremonia tradicional el domingo.