Patricia Ramírez: «Si un periodista tiene dudas de cómo tratar una información que se pregunte cómo lo haría si fuese su hijo»

«Si un periodista tiene dudas de cómo tratar una información que se pregunte cómo lo haría si fuese su hijo», son palabras de Patricia Ramírez, madre del pequeño Gabriel Cruz que fue asesinado en febrero de 2018 en Níjar (Almería), durante la presentación del informe ‘La infancia vulnerable en los medios de comunicación. Informe 2019’, elaborado por Aldeas Infantiles SOS. Porque al sufrimiento del asesinato de un hijo, a veces, hay que sumar el sufrimiento de la mala prensa que opta por el morbo sin pensar en el daño que puede causar a la familia o incluso al menor.

Por qué te lo contamos: Aldeas Infantiles SOS ha presentado un nuevo informe para evaluar el tratamiento que hace la prensa escrita y los medios digitales de la infancia. Las conclusiones no son del todo nefastas, un 75% ha dado un tratamiento positivo a la infancia, frente a un 11% neutro y un 14% negativo. Sin embargo, mientras haya un mínimo porcentaje de publicaciones que puedan dañar la imagen de los más vulnerables de la sociedad «tenemos un problema serio» y mucho camino por delante. 

Durante la presentación del informe, Patricia Ramírez hace hincapié en que lo importante es «la sonrisa de un niño, y no como la perdió». «Esperemos que aprendamos de los errores. Tenemos la oportunidad de construir», señala. Y es que para el estudio se analizaron en profundidad 100 noticias publicadas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2019, 23 de ellas relativas al juicio de Gabriel, en las cuales se observan que si bien «en numerosas de ellas se respetan los consejos del código ético y las peticiones de la familia», en otras, «se optaron por el morbo o por la publicación de detalles escabrosos que podrían dañar a la familia, al menos en algún párrafo de la información».

Del análisis también se desprende que el 68% de las noticias están correctamente tituladas, frente a un 20% de los titulares que han sido catalogados como regulares, el 7% malos y el 5% muy malos. Siendo un mal titular aquel que da «detalles morbosos, alarmistas o sensacionalistas», explica Laura Prados, coordinadora del informe, que también destaca que el 47% de las imágenes se han considerado buenas o muy buenas, el 20,4% son regulares, el 19,3% son malas y el 12,5%, muy malas, siendo este «el apartado que más vulneraciones de los derechos ha cometido».

Respecto a la identidad, generalmente se respeta la identidad de los menores, aunque con excepciones. Un 33% de las informaciones analizadas han respetado muy bien este criterio, un 28% lo han hecho bien, un 18% lo han hecho regular y un 21%, mal o muy mal, siendo las noticias donde más se falla en aquellas relacionadas con los sucesos. «Ahí es donde más se violan los derechos a la privacidad o identidad no solo del niño sino también de su familia», apunta Prados.

Por último, el informe también destaca una mayor sensibilización social hacia los niños migrantes solos, aunque se siguen publicando piezas informativas que criminalizan y estigmatizan a estos menores. Además, algunas noticias han empezado a llamar la atención sobre el peligro de invisibilizar y cosificar a estos niños migrantes al hablar de ellos con el acrónimo ‘menas’ (menores extranjeros no acompañados) y se ha puesto sobre la mesa la necesidad de recordar que son niños que están solos.