Cada vez son más los delitos relacionados con el narcotráfico en Cataluña
Se incrementan los actos violentos por el uso de armas de fuego, los desembarcos de narcolanchas y los asesinatos
Los delitos por tráfico de drogas en Cataluña han aumentado este primer trimestre de 2024 un 11,2 % con respecto al mismo periodo de 2023, en el que también ha habido más actos violentos por el uso de armas de fuego, más desembarcos de narcolanchas en el litoral catalán y un mayor número de detenciones.
Si bien las actividades delictivas vinculadas al global del narcotráfico han aumentado un 11,2 %, lo que más preocupa a los cuerpos policiales es el notable incremento del cultivo y comercialización de la marihuana y la entrada de hachís en Cataluña, en manos de grupos u organizaciones criminales que usan, si es necesario, la violencia y las armas de fuego.
Las cifras hablan por sí solas: en 2023, los Mossos d’Esquadra desmantelaron 73 redes criminales vinculadas a la marihuana y al hachís con 3.442 detenciones, hubo 95 narcoasaltos, nueve homicidios, 67 incidentes con armas y 22 incidentes marítimos con narcolanchas, según los datos facilitados a EFE por la Policía de la Generalitat.
Además, los Mossos decomisaron el año pasado más de medio millón de plantas de marihuana y 18 toneladas de hachís, en este último caso, un 135 % más que en 2022.
A los nueve homicidios cometidos en 2023, de los cuales estuvieron vinculados a la marihuana cinco, y al hachís cuatro, hay que sumar otras tres muertes violentas relacionadas con el tráfico de otras sustancias estupefacientes como la cocaína.
Algunas de estas cifras de 2023, comparadas con las del año anterior, ponen de manifiesto el incremento del empleo de la violencia y de las armas de fuego con resultado de muerte por parte de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de marihuana y hachís.
Si en 2022 hubo dos homicidios por todo tipo de sustancias estupefacientes, en 2023 las víctimas mortales se elevaron a 12, de las cuales nueve fueron, en concreto, por marihuana o hachís.
Además de los homicidios consumados, en 2023 hubo otro por imprudencia y cinco en grado de tentativa. El uso de la violencia lo refleja también el hecho de que de los 95 narcoasaltos que se produjeron el año pasado -87 vinculados a la marihuana y 8 al hachís- en 35 de ellos los narcotraficantes mostraron o hicieron uso de un arma de fuego.
En 2023, asimismo, hubo un intento de robo de narcolanchas, mientras que en 2022 no se registró ningún incidente de estas características. Los investigadores policiales han detectado, asimismo, que las organizaciones criminales contratan a personal específico armado para garantizar la seguridad, sobre todo, de ataques de otras bandas.
Asimismo, en el 66 % de intervenciones policiales antidroga los agentes encontraron armas de fuego. Además del uso de la violencia y de las armas de fuego entre bandas rivales, también agentes de los Mossos d’Esquadra han sido objeto de los disparos: el pasado mes de marzo, en el transcurso de una operación policial antidroga en Argentona (Barcelona), concretamente de marihuana, una persona que luego fue detenida abrió fuego contra efectivos del cuerpo, sin que ninguno de ellos resultara herido.
En cuanto a los incidentes marítimos, en el 2023 se produjeron 13 desembarcos de narcolanchas en las costas catalanas, frente a los cuatro que hubo en 2022: En estos primeros meses de 2024 ya se han detectado 15 embarcaciones, lo que representa una media de un desembarco cada dos semanas.
Ello pone de manifiesto la tendencia al alza de la apuesta de los narcotraficantes por la vía marítima para introducir el hachís en Cataluña, con destino al mercado nacional y/o internacional.