Suu Kyi defiende la acción de su Gobierno pese a la persecución a los rohingya
La líder de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, ha defendido este domingo la acción de su Gobierno y ha manifestado su respeto hacia la opinión de la comunidad internacional, a pesar de las críticas recibidas por la persecución de la minoría musulmana rohingya. Asimismo, ha apelado al «respeto y comprensión mutua» para resolver los conflictos armados con las guerrillas, uno de los objetivos que se propuso al asumir el cargo en 2016 pero que desde entonces ha coincidido con algunos de los peores combates ocurridos en años en el noreste del país.
La líder de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, ha defendido este domingo la acción de su Gobierno y ha manifestado su respeto hacia la opinión de la comunidad internacional, a pesar de las críticas recibidas por la persecución de la minoría musulmana rohingya. Asimismo, ha apelado al «respeto y comprensión mutua» para resolver los conflictos armados con las guerrillas, uno de los objetivos que se propuso al asumir el cargo en 2016 pero que desde entonces ha coincidido con algunos de los peores combates ocurridos en años en el noreste del país.
En su discurso, Suu Kyi ha señalado el relevo en la presidencia del país de la semana pasada en la que Win Myint sustituyó a Htin Kyaw, quien dimitió para «descansar», como prueba de la «creciente madurez» de la democracia y el proceso político en Birmania.
Suu Kyi ha realizado estas declaraciones en televisión, durante un discurso en conmemoración de los dos años de formación del Gobierno encabezado por la líder birmana, el primero elegido en unas elecciones democráticas tras medio siglo de regímenes militares.
«Siendo conscientes de nuestra responsabilidad internacional, hemos tomado un camino consistente con las necesidades y la situación de nuestro país, respetando al mismo tiempo las opiniones de la comunidad internacional», ha afirmado la Nobel de la Paz, que ha evitado referirse directamente a la situación de los 700.000 rohingya que desde agosto han huído del estado Rakáin hacia Bangladesh durante una operación del Ejército birmano que la ONU ha calificado como una «limpieza étnica de manual«.
Naciones Unidas y numerosas organizaciones han denunciado múltiples violaciones de los derechos humanos en la campaña contra los rohingya dirigida por el Ejército, al que la Constitución —aprobada por la última junta militar— concede amplios poderes.
Birmania no reconoce la ciudadanía a los rohingya, a quienes considera inmigrantes bengalíes, y les viene sometiendo desde hace años a todo tipo de discriminaciones, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.
Suu Kyi, que pasó 15 años bajo arresto durante la última junta militar, ha visto dañada su imagen de icono de lucha por la democracia en Birmania por su no intervención en la crisis y por el apoyo de varios de sus colaboradores hacia la operación del Ejército, informa Efe.