Los primates no desprecian el alcohol, al contrario, les gusta el líquido fermentado de las hojas de palma. Y es que éstos consumen alcohol de manera voluntaria y repetitiva, conducta que se parece a la humana.
Los primates no desprecian el alcohol, al contrario, les gusta el líquido fermentado de las hojas de palma. Y es que éstos consumen alcohol de manera voluntaria y repetitiva, conducta que se parece a la humana.
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