La isla que impide a las mujeres entrar por su menstruación
La religión sintoísta considera que la sangre es impura y ésta «ensuciaría» el sitio sagrado. Ahora Japón pretende que la Unesco establezca que su isla sacra sea Patrimonio de la Humanidad. Okinoshima es propiedad del Santuario Munakata Taisha, que sólo permite la entrada a sus sacerdotes, excepto durante el festival anual que se celebra en mayo, cuando unos 200 hombres tienen permiso de llegar hasta allí.
Se trata de la isla de Okinoshima. Una sagrada ínsula de 0,7 kilómetros en la que las mujeres tienen prohibida la entrada. Sin explicación precisa de porqué existe esta prohibición, se cree que es debido a la menstruación.
La religión sintoísta considera que la sangre es impura y ésta «ensuciaría» el sitio sagrado. Ahora Japón pretende que la Unesco establezca que su isla sacra sea Patrimonio de la Humanidad. Okinoshima es propiedad del Santuario Munakata Taisha, que sólo permite la entrada a sus sacerdotes, excepto durante el festival anual que se celebra en mayo, cuando unos 200 hombres tienen permiso de llegar hasta allí.