El misterioso silbido del mar Caribe que se 'oye' desde el espacio
Los oceanógrafos analizaron los niveles del mar y las lecturas de presión tomadas desde el fondo marino por medio de cuatro modelos diferentes de la actividad del océano durante el período de 1958 hasta 2013. También utilizaron información de mareógrafos y mediciones por satélite de la gravedad. De esta manera se dieron cuenta de que existía un fenómeno que han llamado ‘silbido de Rossby’, que ocurre cuando una ‘ola de Rossby’, que se propaga lentamente hacia el oeste en el océano, interactúa con el fondo del mar. Esto hace que se extinga en el límite occidental y reaparezca en el lado oriental de la cuenca. Solo ondas de longitudes particulares pueden sobrevivir a este proceso sin anularse mutuamente, pero estas ondas particulares se refuerzan, produciendo una oscilación con un período de gran nitidez. Como resultado, el agua fluye dentro y fuera de la cuenca cada 120 días. Este cambio de masa es suficiente para realizar otros cambios con ‘sonidos’ en el campo gravitatorio de la Tierra que pueden ser medidos por satélites. Este silbido toca una nota de La bemol, muchas octavas por debajo del rango audible pero lo suficientemente fuerte como para que pueda ser detectado por un satélite de la NASA.
En medio de todo el ruido del océano, el mar Caribe guarda un secreto: sus aguas emiten un silbido tan fuerte que puede ser ‘oído’ desde el espacio exterior en forma de oscilaciones en el campo gravitatorio de la Tierra. ¿Qué provoca este ruido? Un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool han encontrado la respuesta.
Los oceanógrafos analizaron los niveles del mar y las lecturas de presión tomadas desde el fondo marino por medio de cuatro modelos diferentes de la actividad del océano durante el período de 1958 hasta 2013. También utilizaron información de mareógrafos y mediciones por satélite de la gravedad. De esta manera se dieron cuenta de que existía un fenómeno que han llamado ‘silbido de Rossby’, que ocurre cuando una ‘ola de Rossby’, que se propaga lentamente hacia el oeste en el océano, interactúa con el fondo del mar. Esto hace que se extinga en el límite occidental y reaparezca en el lado oriental de la cuenca. Solo ondas de longitudes particulares pueden sobrevivir a este proceso sin anularse mutuamente, pero estas ondas particulares se refuerzan, produciendo una oscilación con un período de gran nitidez. Como resultado, el agua fluye dentro y fuera de la cuenca cada 120 días. Este cambio de masa es suficiente para realizar otros cambios con ‘sonidos’ en el campo gravitatorio de la Tierra que pueden ser medidos por satélites. Este silbido toca una nota de La bemol, muchas octavas por debajo del rango audible pero lo suficientemente fuerte como para que pueda ser detectado por un satélite de la NASA.