Salen a la venta las patatas fritas más caras del mundo
Para que nadie se quede con la incógnita, vamos a revelar los «productos exclusivos» que utiliza St. Eriks para sus patatas fritas. En primer lugar, la patata es de una variedad sueca denominada Ammarnäs, cuyo cultivo y extracción se realiza de una manera ecológica y artesanal. Respecto a los sabores, el equipo de chefs ha optado por la trufa, el queso, la cebolla, la malta y el eneldo. Pero no son los productos convencionales. Nos referimos a setas Matsutake, recogidas en los bosques de Suecia, trufa de algas de las Islas Feroe, cebolla de Leksand y eneldo de la península Bjäre, entre otros. La compañía ha asegurado que el dinero recaudado con la venta de estas patatas irá destinado a obras caritativas. ¿Hace un aperitivito?
¿Pagarías 52 euros por cinco patatas fritas? Porque es el precio que ha fijado la distinguida cervecera sueca St. Eriks por su nuevo producto: un elegante estuche negro con el citado número de patatas fritas. Ni una más ni una menos. Según la compañía, los snacks están preparados por prestigiosos chefs escandinavos que utilizan productos exclusivos de los países nórdicos. Todo ello para acompañar a su adorada cerveza en un aperitivo de lujo.
Para que nadie se quede con la incógnita, vamos a revelar los «productos exclusivos» que utiliza St. Eriks para sus patatas fritas. En primer lugar, la patata es de una variedad sueca denominada Ammarnäs, cuyo cultivo y extracción se realiza de una manera ecológica y artesanal. Respecto a los sabores, el equipo de chefs ha optado por la trufa, el queso, la cebolla, la malta y el eneldo. Pero no son los productos convencionales. Nos referimos a setas Matsutake, recogidas en los bosques de Suecia, trufa de algas de las Islas Feroe, cebolla de Leksand y eneldo de la península Bjäre, entre otros. La compañía ha asegurado que el dinero recaudado con la venta de estas patatas irá destinado a obras caritativas. ¿Hace un aperitivito?