Arrestan a un hombre con 800 gramos de diamantes en los calzoncillos
El suceso tuvo lugar en la estación de Gare du Nord, la concurrida terminal de la capital francesa, donde los agentes de aduanas encontraron cientos de diamantes en bruto de varios tamaños distribuidos en los paquetes de plástico y dentro de la ropa interior del hombre. El viajero, que explicó venir de la República Democrática del Congo, no pudo presentar ningún documento que justificara la propiedad legal de los diamantes, que fueron requisados. El comercio y transporte de diamantes en bruto en Europa está estrictamente controlado, por lo que cualquier persona en posesión de los mismos necesita aportar un certificado oficial. Desde 2003, un acuerdo internacional denominado Proceso de Kimberley ha intentado asegurar que los envíos de piedras preciosas no financian ni alimentan conflictos en los países de origen. La República Democrática del Congo posee una larga y cruenta historia respecto a los llamados «diamantes de sangre», y así como minerales como el coltán, por lo que el trabajo de las aduanas a la hora de identificar exportaciones ilegales, resulta indispensable.
Los funcionarios de aduanas franceses hallaron un valioso botín escondido en la ropa interior de un hombre que se disponía a viajar en tren desde París a Bruselas: llevaba 800 gramos de diamantes en bruto, valorados en cerca de 300.000 euros, ocultos en los calzoncillos. Al no poder justificar la procedencia y legalidad de las piedras preciosas, el hombre fue detenido por la policía.
El suceso tuvo lugar en la estación de Gare du Nord, la concurrida terminal de la capital francesa, donde los agentes de aduanas encontraron cientos de diamantes en bruto de varios tamaños distribuidos en los paquetes de plástico y dentro de la ropa interior del hombre. El viajero, que explicó venir de la República Democrática del Congo, no pudo presentar ningún documento que justificara la propiedad legal de los diamantes, que fueron requisados. El comercio y transporte de diamantes en bruto en Europa está estrictamente controlado, por lo que cualquier persona en posesión de los mismos necesita aportar un certificado oficial. Desde 2003, un acuerdo internacional denominado Proceso de Kimberley ha intentado asegurar que los envíos de piedras preciosas no financian ni alimentan conflictos en los países de origen. La República Democrática del Congo posee una larga y cruenta historia respecto a los llamados «diamantes de sangre», y así como minerales como el coltán, por lo que el trabajo de las aduanas a la hora de identificar exportaciones ilegales, resulta indispensable.