Una empresa española desarrolla un sistema que mejora la búsqueda de náufragos
La empresa española del sector de Defensa Escribano Mechanical Engineering, ha desarrollado un innovador sistema que permite automatizar el proceso de búsqueda de náufragos. Este nuevo sistema se enmarca dentro del programa InfraRed Search of Castaways (IRSC) de Salvamento Marítimo. El sistema dispone de un sensor capaz de cubrir una gran extensión y buscar variaciones de temperatura en el mar. De esta forma, instalado sobre un helicóptero o avión el sensor detecta variaciones de temperatura que considera significativas y envía automáticamente la posición GPS al centro de mando correspondiente para que se envíen los medios adecuados.
La empresa española del sector de Defensa Escribano Mechanical Engineering, ha desarrollado un innovador sistema que permite automatizar el proceso de búsqueda de náufragos. Este nuevo sistema se enmarca dentro del programa InfraRed Search of Castaways (IRSC) de Salvamento Marítimo. El sistema dispone de un sensor capaz de cubrir una gran extensión y buscar variaciones de temperatura en el mar.
El sensor, instalado sobre un helicóptero o avión, detecta variaciones de temperatura que considera significativas y envía automáticamente la posición GPS al centro de mando correspondiente para que se envíen los medios adecuados.
El sistema está diseñado para optimizar los patrones de búsqueda y poder ser empleado en cualquier circunstancia atmosférica, a cualquier altitud y tanto de día como de noche. Además, su uso no supone una carga de trabajo adicional para la tripulación, puesto que no requiere de un operador adicional. El programa ha comenzado ya los vuelos de prueba y se espera que esté listo para finales de año.
En la actualidad, los medios de rescate cuentan con pocas soluciones realmente eficientes para enfrentarse al desafío de localizar náufragos en el mar. El empleo de medios aéreos, tanto de ala fija como rotatoria, incrementa las posibilidades de éxito, pero no son eficaces a la hora de cubrir grandes extensiones de mar sobre las que hacer una primera tarea de barrido. Los radares aerotransportados, aunque dispongan de apertura sintética (SAR), tampoco son eficientes para encontrar náufragos de los que sólo sobresale la cabeza, y el ojo humano no resulta adecuado para buscar pequeños puntos en el mar durante muchas horas.
Tecnología de Defensa
Para llevar a cabo el desarrollo de este nuevo sistema, la empresa española con sede en Madrid, ha optado por aplicar algunas de las tecnologías que han desarrollado en el campo de la defensa, como la de cámaras térmicas (familia Sparrow) o los trackers de vídeo. La tecnología desarrollada y los conocimientos aprendidos durante la fase de oferta del programa tecnológico del Sistema Infrarrojo de Búsqueda y Seguimiento (IRST) para la fragata F-110 de la Armada Española fueron el punto de partida de este proyecto.
Actualmente, Escribano trabaja en el diseño de un contenedor cilíndrico para alojar el equipo, de forma que pueda ser instalado en el patín de un helicóptero o en el exterior del fuselaje de un avión. Este nuevo contenedor es muy poco intrusivo, ya que no afecta al aparato por su pequeño tamaño. Además, su electrónica es de bajo consumo, con una alta fiabilidad y una baja tasa de fallos. Incluye, por otra parte, su propio sistema de posicionamiento GPS e inercial, independiente de la aeronave y de la velocidad o movimiento de ésta.
Este sistema no realiza barridos sino que tiene un sensor con un campo de visión muy amplio gracias a la sensibilidad del detector utilizado, lo que permite que vaya cogiendo lecturas muy rápidas mientras la aeronave realiza las pasadas. Para ello, se ha adaptado el algoritmo a la velocidad de la aeronave, a la altura a la que vuela y a las características del sensor.
Pruebas y ensayos
Escribano ha probado este sistema en las instalaciones que tiene Salvamento Marítimo en el Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos (CESEMI) de Gijón, donde se han analizado las señales de nadadores o boyas y sus patrones de movimiento en el agua desde diferentes alturas. El CESEMI cuenta con una piscina de 12 metros de profundidad, 40 de ancho y 80 de largo, con 14 millones de litros de agua, en la que se pueden generar hasta 16 tipos distintos de oleaje de hasta 1,6 metros de altura. Además, está en marcha una campaña de ensayos que comprende 30 vuelos de pruebas en los que se testeará y depurará el algoritmo.