Un remoto pueblo en Alaska tendrá internet gracias al cambio climático
El cambio climático es uno de los grandes peligros de este siglo y supone una auténtica amenaza para nuestro entorno y la Humanidad. No obstante, parece que va a haber algunos beneficiados con esta tragedia medioambiental.
El cambio climático es uno de los grandes peligros de este siglo y supone una auténtica amenaza para nuestro entorno y la Humanidad. No obstante, parece que va a haber algunos beneficiados con esta tragedia medioambiental.
El deshielo en algunas zonas del Ártico está creando nuevas vías por las que los barcos pueden navegar, una circunstancia que la compañía de telecomunicaciones Quintillion aprovecha para establecer cables de Internet de alta velocidad bajo el mar con el objetivo de crear una conexión digital más rápida entre Tokio y Londres. Este proyecto ha facilitado el acceso a Internet a los municipios del norte del estado de Alaska. En concreto, la localidad de Point Hope -que cuenta con unos 600 habitantes-, es la mayor beneficiada.
Este pequeño pueblo está situado a lo largo de la ruta utilizada por Quintillion, con sede en Anchorage, Alaska. Su localización es tan remota que, a día de hoy, los alimentos básicos deben ser transportados por avión. Point Hope no contaba con una conexión de Internet de banda ancha, algo que se corregirá gracias a la nueva ruta establecida por Quintillion, una vía abierta por los efectos del cambio climático.
Para la comunidad nativa de esta zona de Alaska, este nuevo acceso Internet podría ofrecer un mundo de posibilidades: desde una mejor educación hasta una atención médica de mayor calidad. En el comercio también podría tener efectos positivos: los artesanos locales también podrían vender sus productos online, y los negocios locales podrían pedir suministros de forma más fácil y rápida.
No obstante, no todos los habitantes de Point Hope están contentos con su nuevo acceso a la red. Para Steve Oomittuk, un cazador de ballenas cuya familia ha vivido en Point Hope durante generaciones, “Internet hace que las personas se impacienten por todo. Esta no es nuestra forma de vida «, ha declarado al diario The New York Times.