'Refugee Escape Room', un juego para sensibilizar a la sociedad sobre la realidad de los refugiados
El programa de salud internacional del Instituto Catalán de la Salud (PROSICS) en colaboración con el campus del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha creado un escape room con el objetivo de sensibilizar sobre la realidad de las personas refugiadas tanto a estudiantes como a profesionales sanitarios, periodistas y trabajadores de otros ámbitos.
El programa de salud internacional del Instituto Catalán de la Salud (PROSICS) en colaboración con el campus del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha creado un escape room con el objetivo de sensibilizar sobre la realidad de las personas refugiadas tanto a estudiantes como a profesionales sanitarios, periodistas y trabajadores de otros ámbitos.
El Refugee Escape Room es un juego de pruebas en el que los participantes «experimentan los desafíos y realidades que viven las personas inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados», ha explicado la doctora de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Vall d’Hebron-Drassanes, Núria Serre. La iniciativa, que se ha presentado este miércoles, pretende que profesionales de distintos ámbitos se aproximen al «drama que supone empezar un proceso migratorio», ha señalado el responsable del Vall d’Hebron PROSICS y de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Vall d’Hebron-Drassanes, Israel Molina.
A punt de començar un escape room amb periodistes per conscienciar sobre la realitat dels refugiats durant el procés migratori. Una iniciativa d'Israel Molina i Núria Serre, de Vall d'Hebron-PROSICS @prosics_ @icscat#refugeescaperoom pic.twitter.com/Kz5hl1bvCI
— Vall d'Hebron (@vallhebron) July 17, 2018
Esta actividad está ambientada en un escenario ficticio, en el año 2084, en el que por distintos motivos (medioambientales, bélicos y de superpoblación) los habitantes de la Tierra se ven obligados a solicitar asilo mediante el ‘proyecto Marte’, ideado en el año 2030, y del que solo se pueden beneficiar algunos elegidos. Los participantes, en grupos de cinco o seis personas, han llevado a cabo durante hora y media un conjunto de pruebas, como pasar por el control de pasaportes o el control sanitario (y a la sala de tratamiento en caso de ser necesario), homologación de títulos académicos, nivel de lenguas y el proceso para optar a un billete para ir al planeta rojo. Cada grupo de personas representa a una familia de edades y circunstancias migratorias diferentes, y han podido aprender desde conceptos básicos de extranjería hasta las consecuencias que se derivan de un proceso migratorio a lo largo de la historia y en todo el mundo.