Un parque marino japonés abandona a un delfín y a decenas de pingüinos durante meses
El Parque Marino de Inubosaki de Choshi, Japón, ha abandonado en un acuario desde enero de 2018 a un delfín mular hembra llamada ‘Honey’ y a decenas de pingüinos, reptiles y otros peces, según el Centro de Derechos de los Animales de Japón. Este parque marino, que no ha respondido a ninguna pregunta sobre la situación de este delfín y de su futuro, cerró las instalaciones en esa fecha y dejó abandonados a otros cuatro delfines –que ya han muerto–, incluida ‘Marine’, la cría de ‘Honey’. El Parque Marino de Inubosaki sacó a este cetáceo del mar para evitar que fuera cazado en Taiji como el resto de su familia.
El Parque Marino de Inubosaki de Choshi, Japón, ha abandonado en un acuario desde enero de 2018 a un delfín mular hembra llamada Honey y a decenas de pingüinos, reptiles y otros peces, según informa Reuters. El Centro de Derechos de los Animales de Japón ha denunciado que este parque marino, que no ha respondido a ninguna pregunta sobre la situación de este delfín y de su futuro, cerró las instalaciones en esa fecha y dejó abandonados a otros cuatro delfines –que ya han muerto–, incluida Marine, la cría de Honey. El Parque Marino de Inubosaki sacó a este cetáceo del mar para evitar que fuera cazado en Taiji como el resto de su familia.
«La piel de Honey está seca y agrietada porque el aire es seco», han comentado profesionales del Centro de Salud de Kaisou a la organización. Por su parte, otros profesionales consultados por esta han razonado que Honey, a la que han alimentado trabajadores del Departamento de Salud y Bienestar de Chiba, según Reuters, «no se sumerge porque existe gas en su cuerpo debido a una enfermedad interna» y que «su piel podría estar agrietada por los rayos del sol, ya que no puede sumergirse«.
El Centro de Salud de Kaisou ha informado de que su piel está mejorando, pero el delfín se desplaza por el acuario «sin ánimo«. Este centro no solo ha alertado de las malas condiciones medioambientales, sino también de los «problemas mentales» que sufre Honey. «Debe ser muy estresante para los delfines estar solos, ya que son animales que viven en grupo«. Además, «el acuario es pequeño y el agua no está limpia«, ha añadido.
Asimismo, la organización animalista ha comunicado que los delfines dedican la mayor parte del tiempo a buscar comida y en los acuarios, donde estos mamíferos pierden su instinto, obedecen las órdenes de los humanos para conseguir comida. El Centro de Derechos de los Animales de Japón ha advertido de que los acuarios se están centrando en la reproducción artificial de los delfines, cuyos descendientes solo sobreviven un año en un 10-20% de los casos durante la cría artificial.
La entidad ha pedido trasladar a Honey a un santuario donde pueda vivir en grupo con otros delfines y no tenga que someterse a los espectáculos con humanos y a la cría artificial. En un santuario, «los delfines pueden vivir en un ambiente similar a su hábitat natural y sentir los cambios de las estaciones».