Los Premios Princesa de Asturias homenajean también a la Constitución en su 40 aniversario
El Teatro Campoamor de Oviedo ha acogido este viernes la ceremonia de la 38 edición de los Premios Princesa de Asturias, con la única ausencia entre los premiados de la historiadora y escritora francesa Fred Vargas, Premio Princesa de Asturias de las Letras, por motivos de salud. Los reyes han recibido al resto de los premiados de esta edición en una ceremonia marcada también por la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero en la que sí han estado cinco ministros y varios líderes políticos, como Albert Rivera o Pablo Casado.
El Teatro Campoamor de Oviedo ha acogido este viernes la ceremonia de la 38 edición de los Premios Princesa de Asturias, con la única ausencia entre los premiados de la historiadora y escritora francesa Fred Vargas, Premio Princesa de Asturias de las Letras, por motivos de salud. Los reyes han recibido al resto de los premiados de esta edición en una ceremonia marcada también por la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero en la que sí han estado cinco ministros y varios líderes políticos, como Albert Rivera o Pablo Casado.
Michael Sandel, galardonado con el premio de Ciencias Sociales, ha querido destacar que este premio tiene «un significado especial para mí por mi conexión familiar con España, vínculos que se remomntan al año 1492 cuando los judíos de España fueron expulsados por la inquisición. Mi esposa es una judia sefardí con orígenes de Sevilla». El filósofo norteamericano ha añadido además que tiene «otro vínculo con España porque fue aquí donde inicié mi viaje como filósofo político en 1975. Entonces el rey Juan Carlos estaba preparando la Transición española, y alquilamos una casa en la Costa del Sol en ese momento. Estaba dudando entre deicarmae a la filosofía o a la economía. Fue en la costa del sol donde leí por primera vez la Crítica de la razón pura de Kant y La condición humana de Hannah Arendt», ha relatado. «Me dejé seducir entonces por la filosofía, y no me he recuperado«, ha dicho Sandel al recibir su premio.
La reportera mexicana Alma Guillermoprieto ha recogido el Princesa de Asturias de la Comunicación contando cómo fue el momento en el que le comunicaron que era una de los galardonados. Según ha contado, aquel fue “el día del despertar más raro de mi vida a las cuatro y media con una llamada que me decía que este premio era para mí”.
La también Premio Ortega y Gasset en la categoría de Trayectoria Profesional ha querido alabar su propio oficio en tiempos de noticias falsas: “Sin un periodismo poderoso bien financiado, respetado por los gobiernos, el mundo moderno, el mundo entrelazado sería imposible”. “Pero en este oficio cuesta trabajo no solo vivir, sino sobrevivir. Este año han sido asesinados 45 reporteros porque a alguien no le gustó lo que decían de él”, ha criticado.
“Cuando era niña, aprendí acerca de exploradores españoles tan famosos que a menudo se referían a ellos sólo mediante sus apellidos: Cortés, Pizarro, Balboa, Coronado, Elcano”, ha empezado su discurso la bióloga Sylvia A. Earle, premio Princesa de Asturias de la Concordia, quien ha avanzado en un tono marcadamente feminista. “Cuando era niña, nadie había estado en la luna o bajado a las zonas más profundas del océano. Era raro ver mujeres científicas, ingenieras, capitanas de barcos, pilotos de aeronaves, líderes de empresas o de países. Algunos me dijeron que, como mujer, no debería aspirar a ser científica o exploradora, pero hay una diferencia entre no debería y no podría, así que me convertí en científica y exploradora de todos modos”, ha explicado en un tono inspirador para las nuevas generaciones.
También ha mostrado, como era de esperar, su lado más ecologista y en la importancia de los océanos: «Hace cinco siglos la creencia y la enseñanza predominante decía que la Tierra era el centro del universo. Hay quien persiste en esa creencia o quien cree que el universo gira alrededor de su persona. Ahora sabemos que el océano es el motor del clima y es el hogar de la mayor parte de la vida en la tierra«, ha explicado Earle. «A mediados del siglo xx parecía que el oceano era demasiado resistente para ser dañado por la actividad humana», ha comentado la bióloga, que ha explicado que «hoy en día los peces no tienen dónde esconderse. Su desaparición rompe los antiguos ciclos de nutrientes que han tardado millones de años en desarrollarse, pero solo unas décadas en deteriorarse», ha criticado. A pesar de esto, ha querido dejar una nota positiva en su discurso: «Por primera vez en la historia podemos ver lo que podemos hacer para contrarrestar ese daño», ha concluido.
Uno de los discursos más esperados de la tarde era el del director Martin Scorsese, quien recogía el Princesa de Asturias de las Artes y para quien ha sido un honor “pisar la tierra de Cervantes, Picasso o Buñuel”. En su discurso se ha mostrado preocupado por “el pasado del cine pero también por el futuro del cine”. “Me doy cuenta de que, en los aspectos prácticos, el arte se trata como si no fuera esencial para la sociedad, sino un lujo, pero el arte es resistente y siempre sigue en pie. El arte con mayusculas se mantiene por sí mismo”, ha declarado.
Por su lado, el rey Felipe VI ha querido dedicar su discurso a la Constitución española, que en 2018 cumple 40 años. “Democracia y libertad es lo que representa y significa para España, para el pueblo español, la Constitución”, ha dicho.
El monarca también ha querido destacar que «el paso del tiempo nos permite comprobar cómo los grandes principios, ideales y valores siguen vivos y cómo gracias a los galardonados continúan proyectándose sobre este escenario. Desde aquí iluminan nuestro camino, nuestras conciencias y nuestro saber como una faro de libertad y esperanza. Una libertad que, en palabras del gran poeta José Hierro en aquella primera ceremonia, «es el aire que necesitan respirar los creadores«, ha dicho dirigiéndose a los premiados.