Nueva York quiere acabar con la llamada tasa rosa
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha anunciado una propuesta para prohibir la llamada tasa rosa, que supone que los productos dirigidos a mujeres son en ocasiones más caros que otros similares pensados para hombres.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha anunciado una propuesta para prohibir la llamada tasa rosa, que supone que los productos dirigidos a mujeres son en ocasiones más caros que otros similares pensados para hombres.
«Durante demasiado tiempo las mujeres y las niñas se han enfrentado a discriminación social y económica en todos los aspectos de su vida, pero en Nueva York estamos liderando la lucha por una igualdad de género real«, ha dicho Cuomo.
Con esta medida, Cuomo quiere acabar con un fenómeno que ha sido documentado en numerosos estudios que señalan que los productos diseñados para mujeres suelen tener un precio más elevado que los mismos dirigidos a hombres. “Es discriminatorio y repugnante para nuestros valores y le vamos a poner fin”, ha dicho en un comunicado.
Su propuesta se encuentra dentro de un paquete de medidas para el año 2020 e incluye legislación que prohibiría la discriminación de precios por género y que requeriría a ciertos negocios publicar listas de precios de sus servicios, bajo pena de multas.
En un informe elaborado en 2015, el Ayuntamiento de Nueva York analizó los precios de juguetes, ropa, productos cosméticos y de higiene y confirmó que en el 42% de los casos los dirigidos a mujeres eran más caros. Los artículos para mujeres costaban de media un 7% más que otros similares para hombres, con la mayor diferencia (un 13%) en los productos para el cuidado personal, según los datos recogidos por el informe.
Por tanto, Cuomo ha criticado que a lo largo de su vida, una mujer tendrá que pagar miles de dólares más que un hombre por productos similares, lo que termina afectando su renta disponible y sus ahorros. A ello se suma, ha recordado, el problema de la brecha salarial, por el que tradicionalmente las mujeres ingresan menos que sus compañeros varones por trabajos similares.