El análisis del entorno en el que se desarrollan los embriones que llegan a implantarse en el útero ha revelado un menor número de células senescentes (envejecidas) que aquellos que no lograron salir adelante, según un estudio llevado a cabo por investigadores del grupo Eugin en sus laboratorios del Parque Científico de Barcelona.
Lo más importante: las conclusiones del estudio indican que la forma en que se relaciona un embrión de baja calidad con el resto de elementos que intervienen en el proceso de implantación es diferente a la manera en que lo hace uno que sí lo logra.
En la investigación, que se ha presentado este lunes en el congreso virtual de la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE 2020), han participado el profesor Jan Brosens, experto de la Universidad de Warwick, y la doctoranda Alexandra Almansa, participante del programa de doctorados industriales promovido por la Generalitat de Cataluña.
Según los investigadores, el trabajo es pionero en su campo porque analiza el proceso de la implantación embrionaria, poco explorado hasta ahora por la complejidad que supone su observación. No obstante, en este estudio han conseguido analizar cómo se relacionan los tres actores principales en el proceso de implantación de un embrión: el endometrio, elementos del embrión y las células responsables de regular la cantidad de células sanas y envejecidas, y de eliminar estas últimas, las denominadas Uterine Natural Killers (UNKs).
«En esos casos, uno de los actores principales, las UNKs, no llegan a realizar su función y el embrión no prospera», según el estudio, que subraya que profundizar en la actividad biológica de las UNKs en respuesta al estímulo de los embriones «es determinante para entender la implantación humana y continuar avanzando en la solución a los problemas de infertilidad».
La directora científica del Grupo Eugin, Rita Vassena, ha señalado que «esta investigación nos acerca un paso más a entender los mecanismos de la implantación del embrión en el útero materno, un aspecto que desafortunadamente no sabemos todavía optimizar en los tratamientos de reproducción asistida».