Despegan los NFTs en la red de Bitcoin
El reciente lanzamiento del protocolo Ordinals ha popularizado la creación de tokens no fungibles en la red de blockchain por excelencia
Zuma Press
El entorno cripto avanza y evoluciona constantemente, permitiendo cada día nuevos desarrollos y combinaciones de productos y servicios. Prueba de ello es el lanzamiento del proyecto Ordinals, gracias al cual la red Bitcoin ahora puede admitir tokens no fungibles, o NFTs, directamente de su blockchain. Es decir, cualquier usuario puede acuñar imágenes y otros datos o documentos en formato de token no fungible, algo hasta ahora reservado a otras blockchain como la popular Ethereum.
Este hito supone un aporte no menor, ya que hasta ahora Bitcoin era entendido únicamente como una red de pagos para exclusivamente transaccionar Bitcoin. Con este desarrollo técnico del protocolo Ordinals, se abre la veda a que la red de Bitcoin, considerada quizás la más segura del mundo por su extensa descentralización que guarda copias de su base de datos en miles de ordenadores, pueda también gestionar tokens.
Teniendo en cuenta que se estima que la economía tokenizada tendrá un volumen de 16 mil millones de dólares para el año 2030, es cuando menos interesante contemplar que parte de este proceso pueda llevarse a cabo en la blockchain de Bitcoin. De forma llana, significa que cualquier activo, físico o digital, puede representarse en forma de token no fungible y utilizar la blockchain, en este caso de Bitcoin, para gestionar la transferencia de titularidad con la seguridad, eficiencia y transparencia que ofrece la red.
Antecedentes de NFTs en la red de Bitcoin
Actualmente la mayoría de NFTs están creados sobre la red de Ethereum, nacida en 2014, o en otras redes como Solana, Polygon, BNB o Flow. Pero incluso antes de que estas redes vieran la luz, ya en 2012 existía un precedente de token no fungible para la blockchain de Bitcoin. Las «Colored Coins» pretendían utilizar las características de Bitcoin, pero aplicadas a la representación digital de activos del mundo offline mediante un token único asociado a Bitcoin. Aunque por las limitaciones intrínsecas de la propia red el concepto no prosperó, sí ayudó a sentar las bases de los tokens no fungibles como hoy los conocemos.
Tiempo después, en 2014, el artista digital Kevin McCoy lanzó «Quantum» en la red Namecoin, considerado por muchos como el primer NFT de la historia. Este token consiste en la imagen animada de un octágono pixelado cuyo color y contorno cambian sutilmente de forma casi hipnótica. Tras este lanzamiento, fueron aumentando los experimentos en distintas blockchains sobre las que crear y transferir tokens no fungibles.
Ahí nació el protocolo Counterparty, que trataba de solventar algunas limitaciones de Bitcoin en cuanto a tokenización se refiere. En el propio Counterparty vieron la luz otras iniciativas relevantes, como el juego Spells of Genesis, que además fue de los primeros proyectos de crowdfunding del entorno cripto, o la serie de cartas coleccionables Force of Will. Aun así, con el tiempo Ethereum se fue posicionando como la opción de preferencia por artistas e innovadores que utilizaban la blockchain para crear y distribuir coleccionables, gracias a la versatilidad que esta red ofrece, y relegó a Bitcoin en el olvido en cuanto a NFTs se refiere.
Ordinals abre un nuevo mundo de posibilidades
Durante casi una década, la idea de un ecosistema NFT en Bitcoin no se ha considerado viable. Todo esto ha cambiado ahora con la llegada de Ordinals, un nuevo protocolo que puede inscribir metadatos sobre satoshis individuales, la denominación más pequeña de Bitcoin. De hecho, los satoshis son a Bitcoin lo que los céntimos al euro, simplemente considerando que un Bitcoin es divisible en 100 millones de satoshis.
Pero, ¿qué es lo que ha cambiado del 2014 a ahora? En primer lugar, tanto la propia criptoeconomía como el concepto de tokenización y NFT están mucho más desarrollados. Aunque todavía en una fase muy inicial, esto se traduce en herramientas especializadas para crear y visualizar NFTs, multitud de empresas que proveen servicios relacionados o una creciente demanda por parte de usuarios y organizaciones que exploran el uso de esta aplicación de la tecnología blockchain.
Por otro lado, el formato de NFTs de Ordinals brinda una nueva forma de acuñar tokens totalmente innovadora al ser directamente sobre la blockchain de Bitcoin. Básicamente, los metadatos y la información referente a los tokens no fungibles emitidos se graban en la red de Bitcoin y no de forma externa, como suele hacerse con los NFTs. Aunque este innovador planteamiento técnico tiene sus pros y sus contras, está claro que Ordinals ha atraído una nueva ola de usuarios y desarrolladores de Bitcoin, un resultado neto positivo.
Permitiendo nuevos tipos de innovación y casos de uso, Ordinals ha rejuvenecido el interés de los desarrolladores en la construcción de la infraestructura de Bitcoin. Durante los próximos meses, es probable que las billeteras y los mercados admitan Ordinals, ampliando el rango de casos de uso de Bitcoin. Es decir, si Bitcoin era ya considerado como la punta de lanza del mercado cripto, desde inversores institucionales a ahorradores de países en desarrollo, ahora se une su potencial como red para emitir y transferir representado en tokens.
