Israel derriba todo lo que vuela en Gaza: drones ajenos… y propios
Ante la duda y los temores la opción inmediata, es derribar toda amenaza dudosa
Fuego amigo. Así es como se denomina cuando un ejército ataca a sus propias fuerzas. Es un error frecuente en muchos conflictos, y le ha ocurrido a prácticamente todos los cuerpos militares del mundo. Pero en la guerra moderna, y en particular en el conflicto entre Israel y Hamas, adquiere una nueva dimensión: el derribo de drones propios por parte de los primeros.
El Iron Dome y el resto de sistemas de defensa antiaérea israelí funcionan como pocos en todo el planeta. Su grado de eficiencia no tiene igual, y hace caer drones, misiles, cohetes, aeronaves y cualquier aparato tripulado o no, que ose ingresar en su espacio aéreo. El problema es que con más frecuencia de la deseada no distingue entre amigos y enemigos.
Matrícula militar
Las aeronaves complejas, aviones de combate, cazas, bombarderos, o aviones de carga suelen estar equipados con sistemas IFF. Es el llamado Identification Friend or Foe, o Identificador Amigo/enemigo. Utiliza un transpondedor que escucha una señal de interrogación y luego envía una respuesta que identifica al emisor. Los sistemas IFF suelen utilizar frecuencias de radar, pero también pueden emplearse señales electromagnéticas, de radio o infrarrojas. El IFF se desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial tras la llegada del radar y que ocurriesen varios incidentes de fuego amigo.
La era de los drones está en plena expansión, ya no en sus inicios, aunque en una fase prometedora en cuanto a lo que puede ir llegando. A pesar de ello, este tipo de identificador no se está instalando en los aparatos más sencillos, lo que está conduciendo a situaciones inesperadas.
Hamás apenas lanza aeronaves robotizadas hacia su enemigo del norte desde territorio palestino, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) primero disparan y después preguntan. Esa es la razón por la que han echado cuentas y les sale que un 40 % de los drones que caen son… de su propiedad.
El dato no llega desde las fuerzas hebreas —que reconoce que ocurren— sino desde el ejército estadounidense. En una conferencia cuyo contenido recoge The War Zone, el teniente coronel de los Marines Michael Pruden, ha proporcionado la cifra y algunos detalles al respecto. El ejército del Tío Sam está estudiando muy detenidamente lo que ocurre en Gaza, y durante la charla reparó en este asunto.
Los sistemas aéreos no tripulados, así como las municiones merodeadoras, son cada vez más omnipresentes, incluso en operaciones en las que participan unidades muy pequeñas. La comunicación entre diversas unidades es deficiente, y aunque se avanza mucho en el campo de la detección, es más complicado definir su origen o intenciones.
El jefe de Integración de Mando y Control Aéreo de los Marines explicó las dificultades que están encontrando los israelíes para separar los drones amigos de los hostiles. Cree que este es un problema que va a ir a más, y el reflejo en el mundo civil se encuentra muy cerca de nosotros.
Salvando las distancias, de esto sabe mucho la Guardia Civil española. La costa mediterránea es uno de los destinos preferidos por muchos turistas europeos, y en ella, la proliferación de drones domésticos han mostrado un crecimiento de orden geométrico. Los aficionados locales conocen la normativa, y los lugares y altitudes a las que no se pueden utilizar, como cerca de aeródromos, o donde hay concentraciones humanas. Muchos extranjeros desconocen esto y se vuelven malhumorados a sus puntos de origen con una colección de fotos estupendas y también multas por el uso indebido de sus aparatos.
Ucrania, un laboratorio
En zonas de guerra en activo ocurre algo similar, aunque con consecuencias mucho más funestas, y Ucrania es un ejemplo. Los drones se han convertido en los protagonistas del conflicto y distinguir entre amigos y enemigos se ha vuelto una necesidad ante el aluvión de aeronaves en el aire. No es el único sitio.
Hamás usó algunos drones en sus ataques iniciales del 7 de octubre de 2023, y varios grupos militantes respaldados por Irán en todo Oriente Medio, así como el propio Irán, han lanzado desde entonces ataques con drones contra territorio judío.
El militar estadounidense entiende la situación como algo lógico dentro de los procesos habituales en combate. «Mientras Israel se involucra en Gaza, y están en su primera línea, ven un pequeño dron, ¿qué van a hacer si no se identifica inmediatamente?», se preguntaba Pruden en su charla. La respuesta a su pregunta no tardó mucho en ser oída: «Van a derribarlo».
Sin espacio a las dudas
Añadió que este es el curso de acción por defecto. El tiempo entre el momento en que un avión no tripulado puede ser detectado y en el que podría ejecutar un ataque de algún tipo a menudo se mide en segundos. Ante la duda y los temores de que las consecuencias sean graves e irreparables, la opción inmediata es derribar todo aquello que suscite desconfianza.
Israel se había enfrentado a innumerables amenazas de drones antes de octubre de 2023. Las IDF tienen sin duda alguna el sistema integrado de defensa antiaérea más avanzado del planeta, y esto son buenas y malas noticias al mismo tiempo. Desde el punto de vista de su actual conflicto, puede ser un gran problema para ellos, pero delata lo mismo que sufren otros ejércitos.
En febrero de este 2024, la fragata FGS Hessen de la Marina alemana estuvo a punto de derribar un avión no tripulado estadounidense MQ-9 Reaper. Cuando sobrevolaba el mar Rojo, fue detectado y faltaron segundos para que le mandasen desde el navío un misil, en un claro caso de confusión de identidad. Cada vez hay más operaciones conjuntas, y este tipo de error, con distintos ejércitos implicados, con sistemas diferentes, lenguajes propios de fabricantes alternativos, puede conducir a desastres como el que se vivió durante la Guerra del Golfo. Un misil Patriot derribó un avión Tornado británico que volvía de una misión. Sus dos tripulantes perdieron la vida.
Espacio aéreo congestionado
Cada vez hay en el aire más sistemas pequeños, robotizados, manejados a distancia o autónomos. En la mayoría de las ocasiones no se advierte al ejército propio de cuáles son, donde están o hacia donde van. Los Marines, al igual que otras ramas de diversas fuerzas militares están desplegando cada vez más drones muy pequeños, y munición merodeadora, conocidos como drones kamikaze. A esto hay que sumar los de carga y transporte, cada vez más presentes y que se consideran un componente crítico en futuras operaciones.
Pruden dejó una cuestión flotando en el aire: «¿Cómo voy a poner miles de pequeños drones en el cielo y no decírselo a nadie, especialmente a los cuerpos de defensa antiaérea, terrestre y antidrones?». Puede que ya tengan la respuesta.
El MQ25 Stingray es un dron que se puede lanzar desde portaaviones y que sirve de gasolinera volante. Los pilotos navales de F-18 pueden acercarse a él, y accionar de manera automatizada las mangueras de recarga de combustible. El MQ-25 dispone de todos los dispositivos de identificación propios de una aeronave al uso.
En lo sucesivo, todo aparato volador deberá llevar un DNI aéreo que le identifique. Eso, o fuego amigo, que es cualquier cosa menos amigo.