THE OBJECTIVE
Tecnología

Continúa el misterio del submarino nuclear chino que se hundió antes de su estreno

Para Beijing su programa de submarinos nucleares es clave con un crecimiento exponencial hasta 2035

Continúa el misterio del submarino nuclear chino que se hundió antes de su estreno

Un submarino Type 094 (Jin-class). | Wikimedia Commons

No sueltan prenda. Los chinos son muchas cosas, buenas y malas, pero queda claro que la transparencia no es una de sus características. Desde antes de verano es de público conocimiento que se les hundió un submarino, antes incluso de ser puesto en servicio; cuando se les pregunta, dan la callada por respuesta.

Aunque los servicios de inteligencia militar de Estados Unidos y de Taiwan, con toda seguridad, deben estar al tanto de más detalles, de cara al público conocimiento el caso fue lanzado por un ex militar, metido ahora a consultor de defensa llamado Tom Shugart. Miembro del grupo de expertos Center for a New American Security (CNAS), fue oficial de guerra embarcado en submarinos, y está retirado del servicio en la actualidad. Su especialidad es la de analizar imágenes por satélite, y hubo una que le llamó mucho la atención.

De forma paralela a los satélites militares de exclusivo uso gubernamental, existen varias compañías que comercializan sus imágenes por satélite. Google Earth es la más popular por su fácil acceso; sin embargo son otras como Maxar o Planet Lab, las que previo pago, actualizan su fondo de imágenes con más frecuencia. Las fotos que vio Shugart fueron generadas por la última compañía y le escamaron por lo poco habitual de lo que reflejaban.

Lo que se salía de la norma era la exótica concentración de grúas flotantes en un astillero chino, algo que jamás había visto a pesar de sus muchos años de experiencia en esta tarea. Nunca antes había observado semejante actividad y tanta maquinaria de este tipo junta. La particularidad reside en que estaba operando al unísono donde poco más de un mes antes había un submarino. Todo hace pensar que estaban allí para reflotarlo. El submarino, aún por estrenar, se les había hundido.

Tom Shugart llegó a esta conclusión tras revisar imágenes tomadas en marzo, y pudo identificar la silueta del nuevo submarino abarloado en un muelle de Wuhan. Dicho astillero pertenece a la empresa estatal China State Shipbuilding Corporation (CSSC), y está situado en una de las orillas del río Yangtsé. Curiosamente, estas instalaciones no están en las costas marítimas del país, sino en el interior, en la célebre ciudad donde se originó la pandemia del Covid-19.

Tampoco era un navío de guerra normal, sino el primero de la clase Zhou. Se trata de una nave casi experimental que sirve de patrón para una flota de ellas que le deberían seguir hasta completar los deseos de la armada china. Una de sus características es que su timón y aletas traseras —denominados timones de profundidad—, están dispuestos en forma de X y no de la tradicional cruz. Esta disposición en diagonal parece indicada para favorecer la maniobrabilidad bajo el agua.

El asunto fue destapado por el Wall Street Journal antes de verano, pero ha recobrado cierta actualidad ante la negativa china a aclarar lo ocurrido. El pasado viernes y en una comparecencia pública, un portavoz de la embajada del país asiático en Washington afirmó «no estar familiarizado con el asunto, y, por lo tanto, no podemos dar información alguna». En otro acto público de representantes de este gobierno cuestionados por el asunto fueron tajantes; afirmaron en una sola frase no saber nada del tema y recondujeron la situación con un resolutivo «siguiente pregunta, por favor».

El incidente deja varias preguntas en el aire. Sobre la seguridad del astillero, la calidad constructiva, las sospechas del efecto de una rampante corrupción, y una de las más peliagudas: si la nave en construcción albergaba o no combustible nuclear.

En un país occidental, de haber ocurrido esto, las alarmas de posible contaminación suelen saltar con celeridad, pero en China esto es algo que no trasciende si no conviene. Que aparentemente no haya un sistema de contención, o controles en los alrededores, no implica que no haya una fuga, y es una pregunta sin respuesta que queda en el aire.

Tarea titánica

Reflotar un submarino es una tarea de meses, si no de años, a lo que se añade que las operaciones se complican aún más si en el interior del navío existe combustible nuclear. El riesgo de fuga es bajo si los estándares de seguridad son rigurosos, y se reducen bastante cuando la profundidad es pequeña. Sería mucho peor a cientos, o miles de metros bajo el agua.

Por otra parte, esto va a ser un fuerte descalabro al programa del submarino. La primera unidad de cada generación es clave para establecer unas bases fijas y sobre las que construir los siguientes de cada familia. Con toda probabilidad, saquen este del agua y acabe estando operativo en un periodo previsible de dos a tres años, pero todo el desarrollo se ralentizará más de lo previsto.

China ha logrado tener la producción naval más grande del mundo con una industria de primer orden. Su velocidad a la hora de construir y evolucionar buques tanto civiles como militares no deja de sorprender, y a pesar de que tienen la flota militar más grande del mundo, sus navíos están lejos de lo deseable. Casi todos ellos son pequeños, lentos, poco capaces y con una capacidad de proyección de fuerza limitada. Sus 234 buques de guerra, 370 si contamos todo tipo de naves, son muchas, pero la verdadera fuerza en cotas lejanas se basa sobre todo en portaaviones y sumergibles.

Con retrasos, el plan sigue

Si en lo primero andan escasos y tiene un ambicioso calendario, donde quieren a toda costa, al menos igualar a la armada estadounidense es en musculatura bajo el agua. A día de hoy poseen 6 submarinos nucleares con capacidad de lanzar misiles balísticos, 6 submarinos nucleares de ataque, y 48 convencionales basados en motores diésel. Para dominar las aguas de su entorno necesitan otro tipo de flota y su espejo es la de Washington, con 53 submarinos de ataque rápido, 14 con capacidad de lanzamiento de misiles balísticos, y 4 que pueden llevar misiles guiados. El 100 % de la flota yankee es de propulsión nuclear.

El deseo del gobierno chino es disponer de 65 submarinos antes de finales del próximos años, y al menos 80 más en 2035. La cantidad no es tan importante como la tipología. Como es obvio, tener más del doble de navíos si marca una diferencia, pero con los diesel no se llega muy lejos, mientras que con los nucleares, las patrullas son mucho más prolongadas y el alcance es de orden global.

Esto no inquieta mucho a los americanos, sin embargo, pone muy nerviosos a los países circundantes y en especial a los australianos. Precisamente ante esta tesitura, Australia suspendió en 2021 un pedido de una docena de submarinos franceses de tipo convencional. De manera unilateral rompió el contrato, y se alió con estadounidenses y británicos en el acuerdo AUKUS (Australia, United Kingdom, USA) para construir submarinos nucleares mucho más capaces. La capacidad constructiva de estas dos potencias es limitada y todo apunta a que bajo supervisión americana, los sumergibles australes serán construidos en Corea del Sur.

Entorno alborotado

China quiere cambiar el equilibrio de fuerzas, y está trastocando las doctrinas, necesidades y planes de todo su vecindario. Indonesia, Malasia, Singapur, o Vietnam empiezan a sopesar el enorme dominio que China va a tener en todo el entorno y están rehaciendo sus flotas. En Filipinas llevan tiempo denunciando el comportamiento de los chinos en sus aguas territoriales, que las usan como si fueran suyas, y en Taiwan no quitan el ojo a todo lo que hacen, donde en sus planes entra una posible invasión dentro de la próxima década.

Para China, el incidente del submarino es secreto de cara al público, y para su hoja de ruta no es más que un leve retraso que no les va a detener. Crecer, para dominar; lógico de una superpotencia que no quiere enemigos a su alrededor, poder imponerse a toda amenaza que considere, y para ello necesitan submarinos, muchos submarinos. Ya los tiene encargados.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D