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SpaceX da un paso más para colonizar la Luna y llegar a Marte

Tras el éxito de la prueba, Elon Musk dijo «Hoy hemos dado un gran paso hacia la vida multiplanetaria»

SpaceX da un paso más para colonizar la Luna y llegar a Marte

La maniobra imposible de SpaceX. | Europa Press

La Luna y Marte están hoy más cerca. La carrera espacial que se vivió en los años 70 está adquiriendo una especial relevancia, espoleada por los países ya conocidos, y a los que se unen otros como más inesperados como Israel, China, o India. Pero entre todos los participantes, la que más color y espectacularidad están aportando es la compañía privada SpaceX, la de Elon Musk.

En la tarde de este pasado domingo —hora española— dieron un zarpazo gigantesco al deseado avance en abaratar sus viajes y procesos, y culminaron con éxito una espectacular maniobra. El sistema de cohetes más potente jamás construido, que algún día podría utilizarse para llevar seres humanos a la Luna y Marte, despegó en vuelo de pruebas no tripulado. La singularidad no residía en su viaje de ida, sino en el de vuelta.

Este vuelo experimental incluyó un ambicioso intento de maniobrar el cohete propulsor hasta la gigantesca estructura de aterrizaje en su viaje de vuelta a casa. Tras consumir la mayor parte de su combustible y desprenderse de la nave superior Starship, el Super Heavy se autopilotó con la ayuda de las toberas de escape de sus propulsores móviles. El resultado fue descender de forma vertical en la misma postura en que despegó, y buscó su punto de partida.

Una vez localizado, redujo su velocidad desde más de 1.200 kilómetros por hora en caída libre, frenó y se condujo hasta el punto de salida en Boca Chica, en la costa texana, y muy pegado al mar. Esto ya lo habían hecho antes, sin embargo, en esta ocasión fue recogido en el aire por unas gigantescas pinzas que eran las mismas en las que se sujetó antes de salir.

Los 71 metros y cientos de toneladas del cohete impulsor quedaron colgados en una suerte de tendedero de alta tecnología, que lo recuperó sin mayores problemas, en una maniobra jamás ejecutada antes. Los técnicos de la compañía llaman al sistema los palillos chinos, y es un enorme avance que nadie más ha logrado ni de lejos.

Esta es una solución buscada por los ingenieros de la compañía para eliminar peso muerto. Lanzar tonelaje al espacio no es solo costoso, sino que necesita ingentes cantidades de potencia y combustible por cada kilo extra. Los cohetes de SpaceX han demostrado una sorprendente eficacia a la hora de ser recuperados, pero al poner sus pies de nuevo en tierra necesitan unas poderosas patas que sujeten con firmeza un mecanismo caro y complejo.

De esta manera, en lugar de colocar pies para el aterrizaje en la base del Super Heavy, SpaceX ha construido una torre especialmente diseñada para que el cohete se estacione. El presidente de la compañía, Elon Musk, denomina a la torre «Mechazilla», mezcla de mecánico y Godzilla. Mechazilla no solo atrapa de vuelta al gigantesco propulsor, sino que también alberga los sistemas que lo mueven y lo habilitan para el siguiente vuelo.

En los planes de Musk está que pueda ser repostado y vuelto a lanzar al espacio en un periodo de 30 minutos. Si se cumple su deseo, un único Super Heavy podría volar con carga útil al espacio 48 veces al día; hay taxis que hacen menos viajes en una jornada, y no van tan lejos.

La clave de la larga retahíla de pruebas que hacen desde el inicio del programa es determinar cómo podrían recuperar rápidamente para futuras misiones. La reutilización de las piezas de los cohetes se considera esencial para el objetivo de SpaceX de reducir de manera dramática el tiempo y coste de llevar carga o naves con personas fuera de la órbita terrestre.

Otros problemas, solucionados

Por otra parte, la nave Starship no tripulada que había impulsado, siguió volando por su cuenta. Sus seis motores de a bordo la siguieron empujando antes de practicar una maniobra de amerizaje sobre el océano Índico. SpaceX no espera recuperarla. Según los datos recopilados, su comportamiento fue mejor de lo previsto, porque con anterioridad había mostrado ciertos problemas.

Uno con el que se encontró la nave estelar durante su cuarto vuelo de prueba en junio fue la pérdida de losetas de su escudo térmico. Miles de pequeños hexágonos negros adheridos al exterior de la nave espacial perdieron su fijación, y con ello la protección ante las temperaturas extremas que se generan durante la reentrada. La temperatura es tal que los alerones delanteros que ayudan a su maniobrabilidad en la atmósfera se fundieron.

En SpaceX llevaron a cabo una revisión completa de su escudo térmico. Los técnicos invirtieron más de 12.000 horas sustituyendo las baldosas por unas más avanzadas y un sistema de fijado más consistente.

Proveedores de la NASA

SpaceX planea utilizar la cápsula Starship como vehículo para transportar a los astronautas de la NASA a la superficie lunar tan pronto como en 2026. Formará parte de la misión Artemis III, y tiene contratos gubernamentales por valor de hasta casi 4.000 millones de dólares para completar esta tarea. Con el tiempo, esperan que la Starship ponga a los primeros humanos en Marte.

Tras el éxito de la prueba, Elon Musk sacó pecho a través de su red social favorita, X —antes llamada Twitter—, y dijo «Hoy hemos dado un gran paso hacia la vida multiplanetaria». Y dice la verdad.

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