Navantia espera la decisión de la Armada india: el submarino S-80 vs el competidor alemán
El país asiático ha dado el visto bueno a los dos sistemas. Ahora le toca mover ficha a la diplomacia
Tiene todas las papeletas, pero la decisión aún no está tomada. La Armada de India quiere incorporar submarinos para su flota y el mejor posicionado para sus necesidades es el español S-80+ construido en Cartagena. A pesar del enorme interés, necesita vencer un último escalón: superar con su diseño a la alternativa germana.
Si Nueva Delhi se decide por adquirir el producto español, Navantia tendrá a su primer cliente extranjero, y podrá amortizar los costes de desarrollo en uno de sus navíos más avanzados y prometedores. La clase S-80+ Isaac Peral es el submarino convencional más moderno del mundo. Dado su tamaño y espacio, cuenta con un asombroso nivel de automatización, lo que le permite ser operado por una tripulación mucho más reducida que la habitual en este segmento.
Con un desplazamiento que ronda las 3.000 toneladas, y un diámetro de casco de 7,2 metros, es casi idéntico a las especificaciones que requiere la Armada india. Pero no es esta la clave del interés de los asiáticos, sino el sistema AIP (Propulsión Independiente del Aire), el mecanismo que permite al sumergible navegar en ausencia de atmósfera. Bajo el agua, se fabrica su propio aire, mientras que los convencionales, equipados con motores diesel-eléctricos, necesitan salir a la superficie cada dos o tres días para recargar sus acumuladores.
Los indios desean estar bajo el agua más tiempo, y por eso buscan un constructor que les provea de naves con una tecnología probada y que no sean nucleares. Quieren adquirir al menos seis nuevos submarinos con tecnología AIP, que permita a sus buques permanecer bajo el agua durante esos deseados periodos más largos. En la actualidad están aplicando este tipo de sistema en dos Scorpene de origen francés, pero se están encontrando con enormes dificultades técnicas. Son muy difíciles de salvar debido a que su estructura y diseño no partieron de la premisa de alojar a sus mecanismos asociados de esta tecnología.
No hay muchos fabricantes que dispongan de un sistema AIP solvente, probado y dispuesto a participar en este concurso. El grupo sueco Saab y el ruso Rosoboronexport se retiraron porque se oponían a que los socios extranjeros fueran responsables de retrasos o accidentes; una de las condicionantes indias era participar de mano de la industria local. Los franceses abandonaron el proyecto porque no disponían de un sistema AIP probado, y los surcoreanos tienen uno, pero se mantuvieron al margen del proceso de licitación porque el astillero Daewoo estaba siendo objeto de un proceso de adquisición.
Quedan en liza los alemanes de ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS) y Navantia. Si el primero se asoció con la empresa estatal india Mazagon Dock Shipbuilders Ltd (MDL) para presentar una oferta por el proyecto, el fabricante español de submarinos Navantia lo ha hecho con la privada Larsen & Toubro (L&T).
Ninguna de las dos empresas pudo presentar durante un AIP probado del tamaño y la capacidad requerida, aunque los parámetros del AIP de Navantia se acercan más a lo deseado. Su primer submarino con esta tecnología, el S-83, no saldrá al agua hasta al menos 2026, aunque es un hecho que las autoridades indias conocían desde el principio.
Todas sus pruebas, exhaustivas y exitosas, se han efectuado en tierra. Han completado más de 50.000 horas de test, y cuentan con la aprobación de la Armada Española. Corresponde al cliente decidir si lo considera probado o no.
El AIP presentado por los germanos es más pequeño de lo requerido. Esto se debe a que el AIP se instala a bordo de los submarinos Tipo 214, que son de dimensiones más reducidas que los propuestos, y, por tanto, necesitan un paquete más pequeño del sistema AIP. TKMS tendrá que desarrollar un sistema más grande, que tendría que añadir pilas de superior capacidad y necesitarán un nuevo proceso de pruebas.
Navantia, mejor colocada
La opción española sería más rápida, puesto que ya cuenta con la clase S-80+, de mayor tamaño y ya incorporada a la Armada. El modelo tan solo tendría que ser sometido a pequeños retoques de diseño; los alemanes tendrían que rediseñar el submarino por completo, lo que llevaría a prolongar los plazos.
Por otra parte, Navantia utiliza la tecnología Bio Ethanol Stealth de última generación, con bioetanol como combustible. Este método no solo lo hace más respetuoso con el medioambiente, sino más fácil de repostar. India puede acceder con facilidad a este tipo de energía, y la recarga de una planta AIP se puede realizar en cualquier puerto sin necesidad de sistemas especializados, como si necesita el hidrógeno puro que usa el AIP de los alemanes.
La planta AIP de Navantia también es relativamente más segura, ya que el hidrógeno se produce a demanda y no se almacena a bordo. En la otra tecnología, el hidrógeno se almacena, ocupa espacio, y se transporta en forma de hidruros metálicos.
Jugada diplomática
Los técnicos indios han dado el visto bueno a los dos sistemas, cada uno con sus ventajas e inconvenientes, y una de las claves puede ser el precio. Por eso, tanto el Gobierno alemán como el español han intervenido ahora para impulsar a sus empresas, ya que los asiáticos se encuentran cercanos a tomar una decisión final.
Nueva Delhi tiene prisa, porque el programa de submarinos quería tener en el agua treinta sumergibles para 2030, y de momento tiene seis, con solo cuatro de ellos en servicio; los otros dos están en fase de pruebas. De ser elegida Navantia, sería un éxito comercial, y la primera exportación de uno de sus productos más avanzados y prometedores. De momento parece tener más opciones, pero la diplomacia y el poder político han de hacer su trabajo.