El BIS alerta sobre los riesgos de las criptomonedas al alcanzar «masa crítica»
Señalan que la emisión de ETF de Bitcoin aumenta los vínculos con el sistema financiero tradicional

Ilustración fotográfica que muestra un Bitcoin sobre un puñado de billetes de 100 dólares. | Artem Priakhin (Zuma Press)
El Banco de Pagos Internacionales (BIS), conocido como «el banco central de los bancos centrales», acaba de publicar un nuevo informe donde advierte que el mercado de criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) han alcanzado una «masa crítica» que plantea riesgos significativos para la estabilidad financiera global, o por lo menos, a su control sobre el sistema actual. El documento, más articulado que estudios anteriores del mismo organismo, identifica varias vías conexiones entre el ecosistema cripto y el sistema financiero tradicional.
Transferencia de la riqueza
Uno de los puntos del informe es que durante las crisis del mercado cripto, los pequeños inversores tienden a aumentar su exposición a criptomonedas, mientras que los inversores con mayor poder adquisitivo reducen sus posiciones. Este patrón lleva a los investigadores a concluir que el mercado cripto puede funcionar como «un mecanismo de redistribución de riqueza de los más pobres a los más ricos».
Esta observación coincide con la postura de otros banqueros centrales, como Ulrich Bindseil del Banco Central Europeo, quien ha señalado anteriormente que Bitcoin redistribuye riqueza desde inversores tardíos hacia los primeros, quienes suelen ser personas con mayor poder adquisitivo.
La visión del informe se enfoca en los precios de compra de los pequeños inversores, sin tener en cuenta sus precios de salida. Sin embargo, tanto los ciclos del mercado como la psicología inversora, también presente en mercados tradicionales, sugieren que comprar en momentos de crisis y vender durante fases de euforia es precisamente la estrategia que históricamente ha generado mayores retornos.
Canales de transmisión de riesgo
El BIS identifica cuatro «canales de transmisión» principales que introducen riesgos para la estabilidad financiera. El primero, sería la exposición de instituciones financieras tradicionales a criptoactivos, productos vinculados a criptomonedas o entidades con exposiciones a este sector. Esta interconexión ha aumentado significativamente desde que la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC) autorizó los fondos cotizados (ETFs) de Bitcoin al contado en enero de 2024.
En segundo lugar, los efectos de confianza, donde problemas en el sector cripto pueden desencadenar reacciones negativas en otros mercados financieros por pérdida de confianza de los inversores. Como tercer punto, el BIS indica los efectos riqueza derivados de movimientos de precios, que pueden afectar al gasto agregado y la actividad económica real cuando las oscilaciones son significativas. Por último, apunta el uso de criptomonedas en pagos y liquidaciones, que podría propagar riesgos sistémicos si se vuelve más generalizado.
El papel de la tokenización y los ETFs
El informe destaca dos desarrollos recientes que están ampliando los vínculos entre el mundo cripto y las finanzas tradicionales. El primero es la aprobación de ETF de Bitcoin al contado en Estados Unidos, al que han seguido otras criptomonedas, y que ha facilitado la exposición de estos activos a inversores institucionales y gestores de activos tradicionales.
El segundo es la tokenización de activos del mundo real, que está ampliando la gama de activos disponibles en el ecosistema DeFi más allá de las propias criptomonedas. Con esta tendencia, los exchanges descentralizados (DEXs) podrían comenzar a ser utilizados más ampliamente por empresas financieras tradicionales y «convertirse en parte de la corriente principal».
Enfoque de contención recomendado
Ante estos riesgos emergentes, los autores del informe afirman que un «enfoque de contención» está justificado para garantizar que las empresas financieras tradicionales evalúen adecuadamente los riesgos asociados. Un ejemplo de esta estrategia son las reglas bancarias de Basilea sobre criptomonedas, que actualmente consideran las blockchains permisionless (sin permisos) como de alto riesgo, desalentando así la participación de los bancos en la tokenización sobre estas redes.
A medida que DeFi se vuelve más convencional, el BIS propone imponer requisitos similares a los de las finanzas tradicionales, incluyendo el cumplimiento de normas KYC (conoce a tu cliente), requisitos de divulgación y formación adecuada para los profesionales del mercado. El informe hace referencia a una consulta del Reino Unido que sugiere un posible nuevo rol legal de «establecimiento u operación de un protocolo».
El temor a la pérdida de control
Detrás de las advertencias técnicas y recomendaciones regulatorias del BIS, subyace un temor más profundo, como es la propagación de un sistema financiero alternativo que escapa al control de los bancos centrales. Las criptomonedas, especialmente Bitcoin, fueron diseñadas precisamente como respuesta a la crisis financiera de 2008 y la desconfianza en el sistema bancario tradicional conformado por instituciones como el BIS.
A medida que la tecnología blockchain demuestra su eficiencia, con más de 15 años de funcionamiento ininterrumpido en el caso de Bitcoin, la narrativa del «riesgo sistémico» parece contrastar con una realidad de creciente adopción global. El ecosistema cripto ha sobrevivido múltiples ciclos de auge y caída sin necesidad de rescates gubernamentales, a diferencia del sistema bancario tradicional.
La propuesta del BIS de imponer un «enfoque de contención» y regulaciones similares a las de las finanzas tradicionales revela la tensión entre un sistema descentralizado por diseño y autoridades habituadas a ejercer control centralizado. Mientras los bancos centrales trabajan en sus propias monedas digitales (CBDC), la verdadera innovación financiera continúa floreciendo en un espacio que, por su propia naturaleza, desafía las estructuras de poder existentes.
El análisis del BIS, más que un mapa objetivo de riesgos, podría interpretarse como el reconocimiento implícito de una revolución financiera en marcha que está redefiniendo conceptos fundamentales como el dinero, la intermediación y la soberanía financiera.