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Tecnología

Los cárteles mexicanos están mandando a Ucrania sicarios para adiestrarse con drones

Comenzó como adaptación de productos comerciales y ha derivado en doctrina global

Los cárteles mexicanos están mandando a Ucrania sicarios para adiestrarse con drones

Narcos mexicanos se infiltran en Ucrania para entrenarse en el uso de drones.

Es la mejor escuela militar del mundo hoy día. Ucrania es el laboratorio más avanzado para lo último en tecnología, tácticas y doctrinas de la destrucción, y no solo actores y estamentos militares están tomando nota: también lo están haciendo los narcos mexicanos.

Ha sido el CNI el que dio la alarma, pero no el español, sino el mexicano. El servicio secreto de información hispanoamericano utiliza en su denominación las mismas siglas que el de este lado del Atlántico, porque responde a la misma nomenclatura: Centro Nacional de Inteligencia.

Por lo inesperado, fue toda una sorpresa para su equivalente ucraniano, el Služba Bezpeky Ukraïny (Servicio de Seguridad de Ucrania, o SBU), recibir un mensaje desde Ciudad de México. El cable no hablaba de rumores ni de posibilidades remotas. La comunicación exponía con claridad que hay sospechas más que fundadas de que en sus filas hay voluntarios infiltrados que no actúan por razones ideológicas ni solidarias. Lo hacen como parte de una estrategia de adquisición de capacidades militares por parte de los cárteles.

El asunto, expuesto por el medio francés Intelligence Online, ha hecho saltar las alarmas en diversas agencias de seguridad e inteligencia. Según fuentes citadas por el periodista Gregory Priolin y basadas en datos del Centro Nacional de Inteligencia, la infiltración de ciudadanos mexicanos en la Legión Internacional, cuerpo de voluntarios que combaten junto a los ucranianos, es real y tangible.

Tras la denuncia, una investigación posterior del SBU y del GUR (la inteligencia militar ucraniana) habría puesto el foco sobre varios voluntarios hispanohablantes procedentes de estos dos países. Algunos de ellos se integraron en unidades activas como el Tactical Groove Etos, presente en los frentes de Bas, Donbás y Járkov. Todo indica que estos individuos accedieron a academias de entrenamiento de drones FPV —visión en primera persona— tras superar de alguna manera los filtros de seguridad. Una vez formados, iniciaron contactos para regresar o transmitir los conocimientos adquiridos a redes criminales latinoamericanas.

Uno de los casos más inquietantes es el de un individuo apodado «Águila 7», el alias que utiliza un supuesto ciudadano mexicano que ingresó en marzo de 2024 en la Legión Internacional utilizando una identidad salvadoreña falsa. Integrado primero en tareas logísticas con la unidad Chosen en Járkov, logró ser transferido a la Kill House Academy en Leópolis. Allí, su nivel de conocimientos técnicos sorprendió incluso a los instructores ucranianos: dominaba transmisores analógicos, técnicas de vuelo avanzado y contramedidas electrónicas. La hipótesis, aún sin confirmar, es que podría tratarse de un antiguo miembro del propio Ejército Mexicano.

El proceso que sigue un sicario de los cárteles, o un miembro de las fuerzas especiales del ejército con vínculos criminales, hacia un centro de entrenamiento de drones en Ucrania tampoco es un misterio. Las investigaciones apuntan que este viaje no se basa en rutas clandestinas ni en tráfico irregular ya conocido, sino en estructuras legalmente constituidas. La clave son empresas de seguridad privada que actuarían como fachadas logísticas.

Intelligence Online señala directamente firmas mexicanas registradas como compañías de protección industrial. Documentos confidenciales que maneja el medio indican su implicación —con nombres y apellidos— en el tránsito de armas ligeras y personal sospechoso desde Polonia hacia el interior de Ucrania. Estas empresas habrían emitido cartas de recomendación falsas a al menos dos voluntarios. Algo similar ocurre en Colombia, donde se cree que compañías homónimas con oficinas en Cali y Medellín reclutaron a exmilitares para enviarlos como voluntarios, sin clarificar el destinatario real de sus servicios.

Según el informe, estas empresas estarían vinculadas de forma directa a redes logísticas de los cárteles. El tránsito incluye rutas que pasan por Madrid, Bucarest y la localidad polaca de Shemichil, con escalas intermedias en Eslovaquia o Moldavia para borrar el rastro migratorio antes de ingresar en zona de conflicto.

También colombianos

Junto a Águila 7 también se ha identificado al menos a tres exguerrilleros desmovilizados de las FARC. Se sabe que ingresaron en Ucrania con la ayuda de documentación falsa de Panamá y Venezuela. Uno de ellos fue detectado gracias a grabaciones internas y a detalles físicos como tatuajes y su marcado acento.

El uso de drones comerciales por parte del crimen organizado en México no es nuevo. La utilización de modelos comerciales modificados con cargas explosivas ya ha sido documentada en estados como Michoacán, Tamaulipas y Veracruz. Pero la aparición de drones FPV con niveles de pilotaje avanzados marca un punto de inflexión, y he ahí donde reside el verdadero peligro. Arrojar un pequeño explosivo desde el aire es peligroso, pero poder dirigirlo hasta su destino, atravesando puertas y ventanas, eleva su nivel de amenaza de forma exponencial.

El riesgo no reside tanto en el acceso a la tecnología, sino en la capacitación táctica. Un operador formado en el conflicto ucraniano podrá ejecutar ataques a baja cota, coordinar enjambres, identificar objetivos prioritarios y adaptar su vuelo para evadir contramedidas electrónicas. Un dispositivo considerado poco más que un juguete y comprado por 500 euros en una tienda online puede convertirse en una peligrosa arma de alta precisión.

Coste bajo, destrucción asegurada

Un dron dirigido con eficiencia gracias a esta formación puede destruir con precisión un vehículo blindado, penetrar sus placas de acero y neutralizar a sus ocupantes, ya sea de un clan rival o de las fuerzas de seguridad estatal. Con este grado de sofisticación, la amenaza se amplifica al poder emplearse contra infraestructuras del Estado como cuarteles de la Guardia Nacional, instalaciones militares, convoyes del Ejército o bases del archienemigo del narco: el SEMAR, los muy respetados SEAL mexicanos que plantan cara a las bandas más peligrosas.

Desde 2022, Ucrania se ha convertido en campo de batalla y, al mismo tiempo, en escuela de guerra. En sus frentes, la innovación tecnológica ha alcanzado niveles inéditos, con los drones FPV como punta de lanza de una revolución táctica. Lo que comenzó como una adaptación improvisada de productos comerciales ha derivado en una sólida doctrina de la que están tomando nota ejércitos de todo el mundo. Pero no solo los militares aprenden; también el narco. Y esto no se va a parar aquí.

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