The Objective
Tecnología

¿Ha perdido Apple su 'mojo'?

La compañía ya no sorprende con sus lanzamientos, tiene una IA mediocre y no vende tantas Vision Pro como querría

¿Ha perdido Apple su ‘mojo’?

Logo de Apple. | Sven Hoppe (DPA)

Las cifras no engañan. Apple exhibe músculo financiero como pocas compañías del mundo, facturó en el segundo trimestre del año 94.000 millones de dólares (+10% interanual) e invierte más de 30.000 millones en I+D por curso. En 2024, de los diez smartphones más vendidos del planeta, siete los firmaba Apple, compañía que también coloca más auriculares y relojes inteligentes que nadie. Aunque se trata de una radiografía inapelable, lo cierto es que a la vez la big tech de Cupertino transmite cierta sensación de agotamiento, como si sus novedades fuesen cada vez menos sorprendentes y sus aproximaciones a la renovación de producto cada vez más conservadoras. 

¿Ha perdido Apple su mojo? Desde el lanzamiento del primer Apple Watch (2014), los cambios de diseño del dispositivo han sido mínimos. Más propensos a la cirugía son los iPhone, aunque sus cámaras, uno de los elementos más apreciados por el consumidor, avancen a paso de tortuga, tal y como acredita una comparación rápida entre la principal de un modelo de hace dos generaciones (iPhone 15) y otro de la generación actual (iPhone 17). Con los AirPods ocurre algo similar: progresan igual que un estudiante aplicado, pero sin poner sobre la mesa ninguna abracadabrante invención. 

Tim Cook no es Steve Jobs. Sería como comparar a Mel Gibson con David Lynch. Más que un empresario con conocimientos técnicos y dotes para armar una estructura lucrativa y cartesiana, Jobs era el ideólogo de una filosofía disruptiva donde al público había que sorprenderlo con cosas que no sabía que necesitaba. Apple aún vive de esa inventiva heredada, pero ha sido incapaz de plasmarla en caladeros adicionales igual de lucrativos. Veamos tres ejemplos. 

Número uno: las gafas Vision Pro, que ni siquiera se venden en España, estaban llamadas a ser «la próxima gran plataforma» de la marca, una especie de sucesoras, en términos de popularidad, del teléfono móvil. Apple no aporta cifras de ingresos en este caso, pero las estimaciones más optimistas hablan de menos de medio millón de unidades vendidas, un dato mucho más modesto que las estimaciones de la propia Apple antes de estrenar el producto. En general, las gafas de realidad aumentada y virtual -no sólo las Vision Pro- sestean en el mercado. 

Número dos: Titan, el proyecto de coche autónomo, es un programa cancelado a estas alturas. A diferencia de otros outsiders de la industria como Tesla, Apple no ha sabido encontrar su encaje diferencial, circunstancia que se suma a las dificultades del coche eléctrico para avanzar al ritmo adecuado (la UE es la mejor referencia, con países como Alemania presionando para que se arbitre una moratoria a los planes de 2035) y a las complejidades regulatorias y de seguridad del mismo coche autónomo, que no opera en ningún país del mundo al nivel 5 (capacidad de circular en cualquier tipo de vía y en cualquier condición sin intervención humana). 

Número tres: Apple Intelligence, el ecosistema de IA de la empresa, va dos años por detrás de la competencia. «Preferimos hacerlo bien a hacerlo rápido», admite uno de los directivos de la marca en la división de software, Craig Federighi. El asistente de voz Siri no estrenará sus habilidades cognitivas hasta 2026 (allá donde el servicio Apple Intelligence esté disponible). Apple tampoco dispone de un LLM a lo ChatGPT, Gemini o LlaMA. Las políticas de protección de privacidad de la casa juegan aquí en contra, pues entorpecen muchas de las funcionalidades que de otra forma volarían libremente. Además, al forjar desde siempre un círculo cerrado de productos y servicios (su propia nube, su propio Office, etc), dispone de muchos menos datos para entrenar a su IA. 

Publicidad