España, uno de los países más avanzados en la adopción de IA y gestión de datos en Europa
Las empresas españolas se enfrentan a la falta de apoyo de los directivos y la presión en cuanto a los costes

Un ordenador con las siglas AI de Artificial Intelligence (Inteligencia Artificial). | David Zorrakino / Europa Press
España se consolida como uno de los países más avanzados en la adopción de inteligencia artificial (IA) y gestión de datos en Europa, según se desprende del estudio ‘Impacto de la IA y los datos: la confianza como clave’ realizado por IDC y encargado por SAS.
Así, el informe sugiere que España tiene la oportunidad de posicionarse como «referente en confianza tecnológica», ya que las empresas españolas superan la media global en madurez de IA y en optimización de las infraestructuras de datos, según recoge Europa Press.
En este sentido, el análisis muestra que España cuenta con un mayor porcentaje de empresas que ya están en fases avanzadas de la implementación de la IA (un 48%), y que están viendo cómo esta tecnología resulta transformadora para sus procesos y resultados.
Madurez de las infraestructuras españolas
España también destaca, con respecto a la muestra global, por la «madurez de las infraestructuras», ya que el 53,4% de las empresas cuenta con entornos gestionados u optimizados frente al 36,1% global. El informe también evalúa la relación que existe entre la confianza que las empresas depositan en la IA y la fiabilidad real de sus sistemas.
En este caso, España también se sitúa por encima de la media europea, ya que un 11% de las organizaciones españolas alcanzan la categoría ‘ideal’ frente al 9% en Europa, lo que quiere decir que la mayoría de las empresas están combinando un «alto nivel de confianza con prácticas sólidas de IA responsable».
Además, España tiene menos empresas «rezagadas» -aquellas con baja confianza y fiabilidad- que la mayoría de sus países vecinos, lo que confirma que el mercado español está mejor preparado para obtener un impacto empresarial significativo de la IA.
Falta de apoyo por parte de los directivos
El informe de SAS también señala los desafíos a los que se enfrentan las empresas españolas: por un lado, la falta de apoyo a esta tecnología por parte de los directivos, que se muestran más reticentes a implementarla (es un 6,9% más frecuente la reticencia que la media global), y, por otro, la presión en cuanto a los costes, que superan en un 3,7% el promedio mundial.
«Estos dos aspectos frenan el salto de muchos proyectos de IA, incluso para aquellas empresas que ya cuentan con bases tecnológicas y de datos sólidas», señala el texto, que indica igualmente que también existen otros retos que «parecen ser más comunes a todos los países, como por ejemplo la escasez de personal especializado y la gestión de los datos». En este caso, los datos de España apenas se sitúan por encima de los niveles globales.
En palabras del gerente en España y Portugal de SAS, Guilherme Reis, «los resultados del informe confirman que España está preparada para liderar el desarrollo de una IA ética y de alto impacto». «Contamos con una base sólida de datos y una madurez tecnológica que nos sitúa por delante de muchos países europeos, pero tenemos un reto por delante: implicar más a los equipos directivos y garantizar la inversión necesaria para que la IA no solo transforme procesos, sino que genere un valor sostenible para toda la sociedad», ha añadido.
Marco normativo más estricto
Asimismo, el documento destaca el debate propiciado en torno a las regulaciones en materia de IA que se imponen en Europa con iniciativas como Dora, asegurando que las empresas europeas operan bajo un marco normativo más estricto que el de la media global.
En este sentido, los datos del informe no hacen sino confirmar estas sospechas, ya que las compañías españolas se encuentran con más restricciones para compartir datos con socios externos (+11% respecto al promedio mundial) y con la obligación de que sus algoritmos cumplan estándares específicos (+8%).
También muestran una mayor preferencia por trabajar con proveedores locales (+12%) y exigen con más frecuencia que estos demuestren que cumplen las políticas internas de la organización (+16,5%). «Se confirma que la percepción general de que el desarrollo de la IA en España se produce en un entorno donde el control y la confianza pesan tanto como la innovación», resalta el texto.
En esta línea, Reis concluye que dichos resultados sugieren que el panorama de la IA en España «está condicionado por un entorno regulador y político que pone el acento en el control, el cumplimiento y la regulación, y no necesariamente porque existan barreras técnicas».
