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Europa diseña su propio futuro en el espacio con el traje para astronautas EuroSuit

Uno de los desarrolladores es la firma de artículos deportivos Decathlon

Europa diseña su propio futuro en el espacio con el traje para astronautas EuroSuit

Imagen del Eurosuit.

Buzz Lightyear tenía uno parecido. Pero un traje espacial estrenado en 1992, aunque fuese en el cine, quedaría obsoleto ante los cambios habidos desde entonces. No hay de qué preocuparse, porque en el Viejo Continente hay una solución. Si el ficticio astronauta estadounidense acudiese a la Agencia Espacial Europea, le ofrecerían el último grito en la moda espacial: el EuroSuit.

La astronauta francesa Sophie Adenot será la primera en vestir uno de estos trajes con una particularidad: es el primero concebido, diseñado y confeccionado en Europa que va a viajar al espacio. El modelo, denominado EuroSuit, será estrenado el año próximo a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI). Desarrollado como una prenda para actividades intravehiculares —dentro de la nave—, representa un hito en los esfuerzos del Viejo Continente por avanzar hacia una soberanía en materia de exploración espacial tripulada.

El EuroSuit ha sido desarrollado mediante una bastante singular alianza. El equipo de cuatro miembros está integrado por la agencia espacial francesa, la startup Spartan Space y el Instituto de Medicina y Fisiología Espacial (Medes). La cuarta pata es un actor que pocos podrían esperar: la empresa de artículos deportivos Decathlon.

La colaboración entre estos impulsores, tan heterogénea en apariencia, ha sido posible gracias a la meta común de diseñar un traje funcional, ergonómico y adaptable a los requerimientos de las futuras misiones europeas al espacio. Desde finales de 2023, los equipos han trabajado en el centro de investigación de la compañía deportiva en Lille para lograr este objetivo.

La elección de Sophie Adenot como primera usuaria del traje tampoco es casual. Esta coronel y piloto de pruebas de helicópteros forma parte de la nueva promoción de astronautas europeos. Su experiencia técnica y operativa la convierte en una candidata idónea. Su función básica será evaluar una tecnología novedosa en un entorno donde la fiabilidad y facilidad de uso pueden determinar el éxito de las misiones.

El objetivo prioritario del EuroSuit es mejorar la comodidad de los astronautas durante sus tareas dentro de la estación espacial. A diferencia de los voluminosos trajes extravehiculares, los trajes intravehiculares deben ofrecer movilidad, confort térmico y facilidad de colocación. Si los primeros se asemejan a los trajes de buzo de altas profundidades, los segundos deberían tener las características propias de algo a caballo entre un chándal y un mono de surfista, aunque bastante más sofisticado.

El diseño propuesto por el equipo de trabajo permite al astronauta ponerse y quitarse el traje en menos de dos minutos. Esta característica ha sido posible gracias a la experiencia previa de Decathlon en ropa deportiva, y tiene todo el sentido.

Las pruebas en microgravedad, previstas para 2026, permitirán validar el comportamiento del traje en condiciones reales. Se evaluarán aspectos como la presión interna, el aislamiento térmico y la respuesta del material a los movimientos del cuerpo. Si las pruebas no fuesen del todo exitosas, están previstas iteraciones y rediseños posteriores si fuera necesario.

Aunque en su fase inicial el EuroSuit se limita a actividades dentro de la nave, su equipo de desarrolladores ya contempla su evolución hacia una prenda más robusta para tareas extravehiculares. Esta progresión forma parte de una estrategia más amplia: dotar a Europa de capacidad autónoma, ser independientes de proveedores extracontinentales en vuelos tripulados.

Autonomía espacial europea

La creación de un traje propio responde a una necesidad estratégica obvia. Europa, a diferencia de Estados Unidos, Rusia o China, carece de una cápsula tripulada o un sistema de lanzamiento con capacidad para llevar tripulantes al espacio. Los astronautas europeos viajan mediante acuerdos con la NASA o empresas privadas como Axiom Space. Esta dependencia limita la capacidad de decisión estratégica del continente y su papel en los programas espaciales.

El EuroSuit se inscribe dentro del programa francés Spaceship FR, lanzado en 2018, que busca desarrollar las necesidades tecnológicas propias de futuras misiones tripuladas a la Luna o Marte. Junto con proyectos como los hábitats lunares, sistemas de energía o la explotación de recursos in situ, el desarrollo de un traje propio es un componente esencial de un complejo ecosistema.

A esta línea se suma la iniciativa de la Agencia Espacial Europea para el retorno de carga desde la órbita baja terrestre. Aunque centrada en el transporte de objetos inanimados, la ESA ha solicitado que los diseños sean compatibles con futuras evoluciones hacia los viajes con astronautas. El propio director de transporte espacial de la agencia, Toni Tolker-Nielsen, confirmó en julio de 2024 que se está estudiando cómo adaptar el lanzador Ariane 6 para transportar seres humanos.

Contraste con los trajes americanos

El contraste entre el EuroSuit y los trajes utilizados actualmente en la estación espacial revela las carencias de los sistemas en servicio. La Unidad de Movilidad Extravehicular (EMU, por sus siglas en inglés) de la NASA, que sigue operativa en la estación, fue desarrollada durante la década de 1980. Su diseño, basado en el traje lunar Apollo A7L, ha superado con creces su vida útil estimada y se enfrenta a una lista creciente de problemas técnicos.

En los últimos años, se han producido incidentes que han obligado a cancelar actividades programadas por fallos en el sistema de refrigeración, fugas de agua y lesiones en los hombros de los astronautas. Un informe de la NASA, publicado en septiembre de 2025, arrojaba críticas hacia Collins Aerospace, contratista encargado del mantenimiento de este sensible equipamiento. Echaba en cara al proveedor los sobrecostes, retrasos, fallos de calidad y deficiencias en sus adquisiciones a pesar de lo costoso de sus facturas: unos 1.400 millones de euros.

Otro proyecto similar, el AxEMU desarrollado por Axiom Space, promete sustituir al EMU vigente, aunque su despliegue aún está en fase de validación. Este traje servirá tanto para misiones Artemis como para la propia estación espacial, pero no será operativo antes de 2027. Su evolución será determinante para el futuro de las actividades extravehiculares de Estados Unidos, mientras Europa ensaya ya una alternativa propia, aunque limitada para uso intravehicular por el momento.

Ambición de futuro

El EuroSuit representa mucho más que una pieza de vestimenta técnica. Es un símbolo de la voluntad europea por recuperar su voz en la exploración espacial. Si bien Europa ha sido un socio fiable en proyectos internacionales, la falta de una infraestructura tripulada propia la ha relegado a un papel secundario. La creación de una nave, un lanzador, un traje y una tripulación completamente europea es una meta que todavía parece lejana, pero con proyectos como este comienza a materializarse.

Las pruebas del EuroSuit durante la misión de larga duración de 2026 no marcarán el final del desarrollo. Tras las pruebas en microgravedad, se diseñará una nueva versión mejorada que busca responder a incógnitas aún no resueltas, como la compatibilidad del traje con una futura nave europea aún en fase de definición.

El camino hacia una infraestructura espacial tripulada en Europa es largo, costoso y lleno de desafíos técnicos y políticos. Pero cada componente desarrollado, ya sea un traje, una cápsula o un lanzador, es una piedra más en los cimientos de esa arquitectura estratégica. No depender de otros es cada día más una necesidad estratégica. Europa parece encarrilar este campo para seguir yendo en cohete, pero a día de hoy, a remolque.

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