'Kingdom Come Deliverance II': el mejor juego de 'rol duro' desarrollado hasta la fecha
La nueva entrega del aclamado simulador medieval desembarca en las plataformas con novedades y una mayor calidad

Una pequeña fortaleza bohemia siendo asediada durante una de las misiones de KCD:II. | Warhorse Studios
El mismo día de su estreno, Plaion nos hizo llegar una copia de Kingdom Come Deliverance II, la segunda parte del juego creado por el estudio checo Warhorse Studios, que durante las primeras 24 horas fue capaz de vender un millón de copias. Esta entrega nos trae la continuación de la vida y andanzas de Henry de Skalice, el hijo del herrero convertido en caballero al final de la primera entrega, a quien manejamos en perspectiva de primera persona.
Se ha mejorado la experiencia, ofreciendo un bello y detalladísimo mundo abierto en el que vamos a encontrar gran cantidad de variadas misiones, tanto principales como secundarias, que no deberíamos dejar escapar para conseguir objetos y útiles. Durante el camino de cada una de ellas deberemos enfrentarnos a decisiones para descubrir cómo afrontar el reto. Y esto se traduce en buscar en el mapa el lugar exacto en el que se encuentra el objetivo, llegar hasta allí y solventar cualquier encuentro fatal con enemigos conocidos o simples asaltantes de caminos, y por supuesto, el diálogo con personajes que nos pueden brindar pistas para nuestros deseos y necesidades. Elegir qué preguntar o qué contestar determina el desenlace en las diversas situaciones, y algunas veces la consecuencia lleva a batirse en armas.
Indudablemente, si algo tiene este juego es una recreación absolutamente fidedigna de cómo se vivía en la Bohemia del siglo XV, con las limitaciones típicas de la época reflejadas con maestría y todo lujo de detalles. El mapa es tan grande que se hace necesario disponer de un caballo para trasladarnos de un sitio a otro, aunque su manejo no es sencillo si tenemos prisa, y eso que se está preparando un contenido extra en el que podremos disputar carreras. Pero de momento y en los primeros compases de la aventura, solo existe la posibilidad de robar uno, exponiéndonos a ser descubiertos y a que nos lleven a la picota para que, una vez inmovilizados cuello y muñecas, los aldeanos se dediquen a disfrutar lanzándonos piedras (en el mejor de los casos).
Cuando nos encontramos despojados de ropajes y sin absolutamente nada de dinero o alimento en los momentos de mayor penuria, situación habitual en los principios de cualquier juego de rol y supervivencia que se precie, debemos pensar cómo satisfacer nuestras necesidades. Los aldeanos y guardias actúan conforme a lo que ven, por lo que no van a dudar en chillarnos, animándonos a que nos vistamos o nos lavemos.
Irremediablemente algunas veces decidiremos aprovecharnos de lo ajeno con el riesgo de que nos descubran y volvamos a la picota si es que no hemos tenido mano izquierda dialogando u ofreciendo dinero para el soborno. El simple hecho de entrar en cualquier casa constituye delito de allanamiento si no tenemos permiso. Además, deberemos tener muy en cuenta que pueden descubrirnos durante algún renuncio, y automáticamente los aldeanos correrán la voz y avisarán a la guardia. Es como si nos pusieran un cartel en la cara diciendo que somos un ladrón, sin necesidad de estrellas de búsqueda como en GTA.
Pura vida medieval: lavarse en el abrevadero si es que no disponemos de un balde con agua, usar la antorcha si decidimos deambular de noche por los exteriores, fabricar nuestras propias medicinas y otras pócimas en la mesa de alquimia manejando la olla para calentar los ingredientes que hemos conseguido tras estudiar, en el libro de recetas y plantas, las cantidades exactas para mezclar antes de machacarlas en el mortero, usar el alambique para destilar, forjar nuestras armas consiguiendo los materiales necesarios y empezar fundiendo el metal para posteriormente golpearlo sobre el yunque e ir dándole forma…
La historia no tiene desperdicio y nos sitúa en un tira y afloja entre las gentes humildes y la alta burguesía. Empezamos siendo el caballero guardaespaldas del noble de turno en misión diplomática, pero rápidamente la situación gira hacia otros derroteros y a Henry se le pone el contador a cero, teniendo que bajar al barro para aprender a mejorar sus atributos y solventar las trabas de la mejor manera posible: fuerza, agilidad, vitalidad, diálogo y capacidad de persuasión. Tenemos la posibilidad de guardar tres vestimentas o outfits a elegir –para que me entiendan los jovenzuelos-. Los diseñaremos con todos los ropajes obtenidos en nuestro deambular; así podremos tener uno para el combate con su armadura correspondiente, otro para los momentos de sigilo y otro para mostrarnos lo más elegantes posible si se tercia un encuentro ante la nobleza.
En cuanto a los momentos de acción, el uso de las armas se torna tosco y es necesario el entrenamiento, porque fijarnos en la guía en forma de estrella de cinco puntas que nos indica el lado al que podemos dirigir el ataque al enemigo para golpearle o asestarle un mandoble, ya sea con la espada, el martillo, o el hacha, es bastante lioso mientras nos atacan. Se ha pulido un poco respecto al primer juego, pero sin alardes. Esto no es un hack & slash, por lo que los movimientos son lentos y deberíamos ser precisos con ellos.
Alcanzar la maestría para bloquear un golpe con el escudo y asestar a continuación una buena estocada es fundamental para no ser eliminado y tener que empezar desde el último punto de guardado. Las armas como el trabuco o la ballesta solo nos resultarán efectivas en la distancia, pues la lentitud en su carga le da demasiado tiempo al enemigo para el contrataque. De cualquier manera, se siente como un juego «completo», con todos los ingredientes para quien quiera disfrutar de una narrativa extraordinaria, lugares y personajes históricos y momentos épicos en una aventura larguísima en la que no faltan ni el humor ni la angustia.
Puede resultar un poco duro al principio, ya que no brinda ayuda a la hora de ejecutar las misiones y deberemos asumir el reto con todos los sentidos para llegar a buen puerto. Durante una misión se me encargó conversar con un personaje al que no encontré rápidamente, y tras conseguirlo, los responsables del mandato renegaron de mí por la tardanza. Absoluto reconocimiento al trabajo con el sonido, y al doblaje a un castellano verdaderamente encomiable.
Kingdom Come Deliverance II está disponible para PlayStation 5, Xbox series y PC.