Las terapias para homosexuales, un "problema real" en Australia
Las terapias para convertir a lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales en heterosexuales continúan siendo un «problema real» en algunas comunidades religiosas en Australia, según muestra un informe publicado por la Universidad de La Trobe. «El informe revela el inmenso trauma y dolor que los participantes sintieron ante la posibilidad de tener que elegir entre su fe y su género o sexualidad», dijo Tim Jones, de la Universidad La Trobe, quien participó en el estudio.
Las terapias para convertir a lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales en heterosexuales continúan siendo un «problema real» en algunas comunidades religiosas en Australia, según muestra un informe publicado por la Universidad de La Trobe. «El informe revela el inmenso trauma y dolor que los participantes sintieron ante la posibilidad de tener que elegir entre su fe y su género o sexualidad», ha dicho Tim Jones, de la Universidad La Trobe, quien participó en el estudio.
El trabajo, realizado por la Universidad La Trobe y el Centro Legal de Derechos Humanos y Salud de los Homosexuales y Lesbianas del estado de Victoria, se basa en la experiencia de 15 personas que sufrieron estas terapias para intentar reconciliar su identidad sexual con las prácticas y creencias de sus comunidades religiosas. El informe indica que las personas afectadas tuvieron que soportar un fuerte trauma psicológico y espiritual, llegando a perder la fe o dejando de luchar para así ser aceptados por sus comunidades religiosas, según un comunicado de la universidad.
The traumas experienced by #LGBT people who have undergone ‘gay conversion therapy’ in Australia have been revealed in a landmark report prepared by @LTU_Sex_Health @rightsagenda and @GLHV.
Learn more about the recommendations for reform: https://t.co/u2AHtH2OrB pic.twitter.com/c4z2yDylbT
— La Trobe University (@latrobe) 15 de octubre de 2018
«Me vi rezando, siendo objeto de rezo, hice introspección, practiqué la autocensura e incluso participé en exorcismos. Lo intenté durante muchos años, con gran pasión y deseo de cambio, y nada funcionó «, cuenta uno de ellos, Anthony Hind, al explicar sus intentos por cambiar su orientación sexual.
«Sentía que tenía que comportarme como la sociedad y mis padres esperaban que me comportara… A veces deseaba tener un accidente, que un autobús me atropellara… No tenía las fuerzas para hacerlo, mi mente estaba hecha pedazos», relata Bethany, que en 2011 se sometió a una operación de cambio de sexo. Esta mujer, que cuando vivía en el cuerpo de un hombre estaba casada y tenía tres hijos, denuncia que cuando visitó a su reverendo judío para explicarle que quería cambiar de sexo y pedirle que protegiera a su exmujer e hijos de lo que el resto de la comunidad pudiera hacerles, éste le recomendó que se fuera a un lugar donde nadie supiera quién era. Además, sólo le permitían asistir al Bar Mitzvah de su hijo «si iba vestida como un hombre».
«Esperamos que estas comunidades reciban el informe, reflexionen sobre el daño al que exponen y trabajen para poner fin a este daño que se infringe a sus miembros LGTB», ha defendido Tim. Por su parte, la directora de defensa legal del Centro Legal de Derechos Humanos, Anna Brown, ha indicado que las terapias de conversión han probado ser «ineficaces y dañinas» porque al decirle a una persona que está «dañada o enferma por ser quien es profundamente dañino».
El documento también incluye algunas recomendaciones a gobiernos y comunidades religiosas. Una de ellas es abogar por una legislación para prevenir que los niños y jóvenes sean sometidos a este tipo de terapias. También se proponen ayudas a las personas afectadas y campañas de educación que impliquen a las comunidades religiosas.
La publicación del informe coincide con la polémica decisión de que los poderes de las escuelas religiosas puedan excluir a los estudiantes y profesores LGTB[contexto id=»383891″], y después de que hace menos de un año se legalizaran los matrimonios entre personas del mismo sexo en Australia.