Trump bromea pidiendo a Putin que no interfiera en las elecciones de 2020
Trump y Putin se reúnen en Osaka para debatir sobre las tensiones diplomáticas con Irán y la guerra comercial con China, entre otras cuestiones
El presidente Donald Trump ha bromeado este viernes sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 y ha pedido a su homólogo ruso Vladimir Putin, con quién se ha reunido en Osaka (Japón), que no interfiera en los comicios de 2020. Lo ha dicho con una sonrisa y respondiendo a la pregunta de si iba a pedir a Putin que no intervenga en las elecciones de 2020. Putin no ha respondido a la broma, pero ha sonreído tras el comentario.
La reunión entre los líderes ha sido la primera desde la de julio del año pasado en Helsinki (Finlandia). El pasado diciembre, Trump canceló la reunión que tenía previsto mantener con Putin durante la última cumbre del G20, en Buenos Aires, debido a las detenciones de buques ucranianos por parte de Moscú en el mar Negro. Rusia mantiene detenidos a esos marinos ucranianos, pero la Casa Blanca decidió programar igualmente un encuentro con Putin en esta cumbre. Trump ha dicho que no había «hablado» del tema con su homólogo.
Ambos han conversado sobre Siria, Ucrania y las tensiones entre Estados Unidos e Irán, que se han disparado en los dos últimos meses, según un breve comunicado estadounidense tras la reunión. También han hablado sobre la crisis política en Venezuela, según la Casa Blanca, que no ha querido dar más detalles sobre ese diálogo.
Durante una llamada telefónica en mayo, Trump contradijo a sus asesores al afirmar que, a su juicio, Putin «no está pensando en absoluto en implicarse en Venezuela», donde Moscú respalda al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y Washington al líder opositor, Juan Guaidó. Trump y Putin han acordado, además, «continuar las conversaciones sobre un modelo de control de armas propio del siglo XXI», y el líder estadounidense ha enfatizado que ese posible acuerdo «debe incluir a China».
La relación entre ambos líderes, no hay que olvidar, está marcada por las acusaciones de presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 que llevaron a Trump al poder. El fiscal especial Robert Mueller, responsable de la investigación sobre la injerencia, dijo que existió una campaña rusa para influir en las elecciones de 2016.
El fiscal agregó que hubo contactos entre operativos rusos y la campaña de Trump, pero no hay pruebas de tal conspiración, unas conclusiones que según Trump lo exoneran de cualquier responsabilidad.